domingo, 29 de noviembre de 2009

Confederación de locos unidos para un mundo mejor

"Confederación de locos unidos para un mundo mejor". Tal la propuesta de Gabriel y aceptada por unos pocos entusiastas. Más allá de la forma que adquiera, me propongo que ese espacio exista. Hace mucho que noto la tendencia a iniciativas aisladas, esforzadas pero inefectivas a nivel colectivo. ¿Por qué no intentar algo diferente, entonces?
Elefe reúne muchas personas interesantes, la Fundación ICCAp hace lo que puede y el blog de Ricardo es muy leído. Un espacio que reúna nuestras preocupaciones sociales y existenciales, aunque sea modesto, sería una forma inicial de un trabajo multidisciplinario. Seguramente varias personas más podrían sumarse (algunas como Ana María Paz ya han reservado su lugar).
Los invito a leer los comentarios del posteo anterior y continuar este modesto camino de encuentro. Beso/abrazo. JMB

jueves, 26 de noviembre de 2009

Encuentros

Cuántas más son las cosas que nos unen que las que nos separan, parafraseando al inolvidable Juan Pablo II.
Dialoguemos, debatamos, siempre con respeto y con interés en las razones del otro. Aprendamos a escuchar. Reconoceremos grandes valores y experiencias detrás de cada ser humano. Y en lo que no coincidimos, no juzguemos al hombre, cuya interioridad es imposible conocer. Cada persona, cada ocasión es algo único que para aprovecharlo sólo hay que tenemos que tener abiertos los ojos, los oídos y el corazón. JMB

lunes, 23 de noviembre de 2009

Soledad?

Hace mucho que venimos insistiendo en lo contradictorias que pueden ser nuestras emociones. Eso puede asustarnos o confundirnos. Sin embargo, es la naturaleza humana la que las hace así. Somos responsables de nuestros actos, no de nuestras emociones. Saber leerlas, cultivarlas y manejarlas no solo es importante para vivir bien, sin excesos (ni impulsivos ni culpógenos) sino también para tomar decisiones correctas que tengan en cuenta su integralidad. Además, entendiendo nuestras emociones, tal vez seamos más tolerantes con las de los demás. La soledad existencial humana también podría llevarnos a un encierro perjudicial. Cuando nos entendemos a nosotros mismos y a los demás y nos aceptamos mutuamente, nos comunicamos mejor y ya no estamos tan solos. Solo hay que abrir los ojos y los sentidos a nuestro alrededor. Y eso se aprende cada día. JMB

viernes, 20 de noviembre de 2009

De qué me disfrazaría?

Para superar un poco el pudor que me da la otra nota que acabo de escribir va una nueva.
En estos días, se me hizo una pregunta aparente trivial: ¿de qué me disfrazaría para una fiesta? Siguiendo mis desvaríos habituales, pensé en muchas respuestas, pero no, pude dar ninguna. Podía decir que depende de muchas variables, aún así no pude contestar. Ocurre que si tuviera que elegir por lo divertido, necesitaría una consigna más específica ya que en sí mismo no encuentro un disfraz que pudiera causar gracia a otros más por el ridículo, que confieso que no gusta. Si se tratara de algo con más sentido, tal como, qué me gustaría ser, encuentro muchas respuestas, pero no me quedo con ninguna. A todas les encuentro alguna dificultad. Qué raro, no?
Es como si pese a todo, uno quisiera seguir siendo quien es, y al soñar ser alguien diferente por lo atractivo de la propuesta, al rato encuentra restricciones que no lo satisfacen. No tendríamos entonces que tratar de aprovechar mejor quiénes somos?
Forzado a decidir, sería una especie de guerrero, conquistador o algo así, metido en una gesta épica, pero sin armas y contra nadie, entonces? Debería ser en un mundo de ficción, algo así como Aragorn en el Señor de los Anillos. Pero ese mundo no existe. Por eso no encuentro la solución, disculpen mi obsesividad.
Sabina en una canción no para de decir todo lo que sería ("la del Pirata cojo"). A mí, que hasta ahora me creía razonablemente creativo, no se me ocurre nada convincente.
Desde una actitud más simple, muchas cosas podrìa ser. Hagamos entonces el ejercicio conjunto, si se animan. De qué se disfrazarían, siguiendo el criterio que les guste, y por qué.
Yo voy a seguir pensando, al estilo de las dudas acerca del "día ideal" de "Soledades en Venta". JMB

Sorpendente reconocimiento

De casualidad conocí la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Resulta que es la más antigua de América, con 459 años! El Insituto de Investigaciones del Pensamiento Peruano y Latinoamericano perteneciente a dicha universidad otorga premios por diferentes aportes, luego de estudiar las propuestas recibidas. El punto a compartir con ustedes es que, no se si por error o qué, este año me lo dieron, entre otros, a mí. Realmente desde la Fundación intentamos hace muchos años proponer modelos, difundir ideas, dar cursos, hacer investigaciones, aunque los resultados son interesantes en cuanto a convocatoria y reconocimiento afectivo nunca habíamos recibido un reconocimiento formal como éste. Por eso, desde aquí, en Perú me animo a compartirlo con ustedes. Este puede ser el primer paso para la formación de un nuevo grupo de trabajo hispanolatinoamericano, en lo que estoy empeñado. Ojalá el apoyo habitual de la Universidad de Palermo nos permita albergar el año próximo una Jornada Internacional en forma conjunta a la que habitualmente realizamos. Ya les contaré más.
El premio dice textualmente que dicha institución otorga a "Juan Manuel Bulacio (Fundación de Investigación de Ciencias Cognitivas Aplicadas), la MAXIMA DISTINCION A LA TRAYECTORIA INVESTIGATIVA en reconocimiento a su notable labor como INVESTIGADOR EN CIENCIAS COGNITIVAS Y, MUY ESPECIALMENTE, EN PSICOLOGIA COGNITIVA Y PSIQUIATRIA ".
Increíble, pero real.
No sé cuando leen esta pàgina (que sé que lo hacen) que les parecerá, pero aún así nos dieron el premio. Ojalá sea un empujón para el crecimiento de nuestra Fundación, tan ignorada institucionalmente, en nuestro propio país. Beso/abrazo para todos. JMB

martes, 17 de noviembre de 2009

La vida es un arte

En la rutina conviven su valor y necesidad con sus efectos no buscados y no tan agradables. Imagínense un día donde todo lo que tuviéramos que hacer, desde lo más sencillo, como vestirnos, comer o lavarnos los dientes hasta cosas algo más complicadas como salir a trabajar, a interactuar con otros, ir a lugares desconocidos, fuera hecho como la primera vez. El desgaste sería tremendo.
Necesitamos las rutinas para organizar nuestras vidas, nuestros horarios, nuestros vínculos. necesitamos ahorrar energía para poder aprender cosas nuevas o movernos hacias nuestros objetivos. El problema es que la rutina nos protege, pero también nos cansa. Soñamos con nuevos horizones, nuevas actividades, nuevos vínculos y en ese camino perdemos de vista las cosas buenas que tenemos pero a las que estamos acostumbrados.
La falta de rutinas nos mataría, su exceso también. Entre esos dos bordes, un ancho mundo de desafíos se abre ante nosotros cada día. Aceptar lo que tenemos y disfrutarlo nos da paz y sabiduría, buscar lo nuevo nos pone también frente a la necesidad humana de conocimientos y experiencias que eleven nuestra condición, aún sabiendo que nuestras necesidades y deseos, siempre estarán de algún modo insatisfechos. Entre estas tensiones, nos movemos cada día. Hay atajos y métodos que pueden ayudarnos, pero más allá de eso, la vida siempre será un arte lleno de misterios y desafíos. Y su construcción es una empresa personal y colectiva. Y con sus más y sus menos, creo que largamente vale la pena vivirla con serenidad y también con intensidad. JMB

viernes, 13 de noviembre de 2009

La Trama del Ave Fénix

La Trama del Ave Fénix, de próxima aparición, comienza:

"En sus años de viudez no había logrado volver a tener una relación amorosa estable hasta que conoció a Lucía. El recuerdo y la intensidad que había logrado con su mujer parecían impedírselo. Sin embargo, casi sin proponérselo, Lucía fue ocupando un lugar creciente hasta que no se sintió capaz de seguir su vida sin ella. Todo parecía encaminado hasta esa noche invernal, cuando luego del café la escuchó decir:..."

Soledad

Transcribo el posteo recuperado el día que tuve que bloquear dos anónimos. Voy a tratar de recuperar también una respuesta de Ave Fénix previa a los anónimos agravados.

Aunque sea un poco tarde para escribir, la quietud de la noche tal vez sirva.
Una de las emociones más evidentes hoy en día, es la soledad. Esa que se siente cuando nos abruma el trabajo, un problema personal, uno familiar o lo que sea. Resulta difícil encontrar en esos momentos una forma equilibrada de mitigarla. En general sólo cabe soportarla, sabiendo que algo podremos hacer más tarde. En los momentos en que más nos conectamos con nuestras emociones, tenemos una rara conciencia de lo únicos que somos y como tales creemos que esas emociones son, algo así como, más "importantes" que las de los otros. Y queremos compartirlas. Lo necesitamos. Sin embargo, no es fácil hacerlo. Por un lado, no hay mucha gente dispuesta a callar lo propio para escucharnos (acaso no nos pasa a nosotros lo mismo con ellos?) por el otro, puede ser que no encontremos las palabras adecuadas, nos de verguenza o algo parecido o puede ser que ya la intensidad emocional se haya desvanecido. Claro, retornará con la misma sensación de urgencia, en otro momento y nos pasará lo mismo. Entonces? Creo que por un lado debemos tratar de entender que muchas veces lo que nos pasa es efímero y por lo tanto no debemos buscar una gran solución, sino esperar a que las cosas calmen. Claro, hay que soportar la sensación de soledad. Es probable que podamos en algún momento más sereno intentar compartir nuestras emociones con los demás, pero para eso deben darse algunas condiciones: estar dispuesto a escuchar también, hacer cierto esfuerzo comunicacional continuo para que la carga del diálogo no sea tan pesada y tener con esa persona una base empática que permita una conversación natural. Puede ser un familiar, una "pareja" o un amigo. O todos ellos, en diferentes momentos. Está claro, que el fondo existencial de la soledad deberá atenderse en sí mismo pero mientras tanto puede ayudar, más que hablar en exceso, compartir experiencias. Para eso hay que encontrar intereses y generar a partir de ellos, puntos de contacto. No olvidemos que los momentos agradables compartidos suelen ayudar más que mil palabras.

Qué bien suena el silencio!

Qué bien suena el silencio!
En la noche es cuando más se lo percibe. Más serenos, los tiempos se alargan y todo adquiere otra profundidad. Solemos maltratar nuestra paz con ruidos, a veces indecorosos. No nos culpemos. La soledad existencial es universal. Simplemente no tiene solución en esta tierra. Tan duro como cierto. Mientras tanto, mientras buscamos como niños, muchas cosas bellas nos rodean, de todo tipo. Hay que aprender a verlas. Hay que aprender a escuchar el silencio. De él brotan, inesperadamente, consuelo y esperanza. Y aún a tientas, podemos avanzar. Y dar gracias. Al hacerlo, se nos caen las vendas y resurgen la alegría y la paz. Y comprendemos que no todo está en esta tierra, que hay un más allá. Esperándonos. Y un "más acá" , trascendente también. Esperándonos. JMB

Disculpen

Queridos amigos, como ustedes saben este blog siempre ha sido abierto a todos los comentarios. Sin embargo, a partir de ahora tendré que revisar las entradas antes de aprobarlas, como ocurre en muchos blogs amigos. Eso debido a algunos anónimos que han desvirtuado un tanto el espacio que propongo. Es una lástima, pero creo que es la mejor manera de garantizar la autenticidad de los mensajes. Pueden seguir escribiendo como siempre, incluso anónimos, siempre que respeten las tácitas bases de este espacio. Espero seguir recibiendo los comentarios de los amigos de siempre, incluyendo los anónimos constructivos (algunos sin nombre, otros prometedores como Juan Penosso o Ave Fénix entre otros).
Les pido disculpas por el pequeño tiempo que pueda transcurrir entre sus escritos y su publicación. Hasta pronto! JMB

lunes, 9 de noviembre de 2009

Escritos circulares

No sé por qué Juan Penosso me hizo recordar un cuentito, escrito vaya a saber cuándo y rescatado recién casi milagrosamente. Ni siquiera sé si viene al caso, menos si me gusta. Sólo lo recordé y lo comparto:

"Cuando terminó de escribir, respiró aliviado. Solo un segundo después se preguntó qué haría con su tiempo. Casi al instante se sintió inquieto y desconcertado. Inició una breve revisión pero se aburrió rápido. Quiso empezar otro escrito, pero no supo sobre qué. Quedó en silencio. Recordó y comprendió tantas historias circulares como formas de alivio. Se preguntó, una vez más, para qué. La vida es presente, el futuro una ilusión que se desvanece. Decidió vivir el momento. Se puso a escribir sin saber qué. Solo cuando terminara se sentiría aliviado. Prefería la tensión. El escrito debería ser largo. Tanto como su vida."

Beso/abrazo esperanzado. JMB

domingo, 8 de noviembre de 2009

¿No hay remedio?

Cada vez que encaramos la misma y casi siempre inútil conversación, se escucha la fatal frase: "no hay remedio" referida a nuestro país o a los políticos. Me niego a creer que sea así. No sé cómo las cosas podrán cambiarse, ya que sólo una respuesta colectiva masiva lograría algunos cambios, y nuestra sociedad parece más proclive a la queja que a los hechos concretos. Las respuestas que se necesitan no salen de convocatorias desperdigadas sino de algún lugar profundo del inconsciente colectivo. Tal vez, cada acción, escrito, pensamiento ayude algo en esa dirección, pero es imposible predecir si la respuesta global se producirá o no y cómo será. De lo que estoy seguro es que se necesita más compromiso y participación y también más unión, aunque el mal del individualismo y del personalismo está en todos los estratos de la sociedad, no sólo en los dirigentes. Tal vez por eso, como la mayoría me tiento del facilismo de pensar "nada va a cambiar, no hay arreglo", aunque resisto e in-sisto como dice Gabriel Zanotti. Si ven que el pesimismo me domina algún día, les pido de corazón que hagan algo para que reaccione, ya que sin esperanza no hay vida. Y yo quiero vivir, por mí mismo, por mi familia y por la sociedad que ayudó a que sea quien soy. JMB

sábado, 7 de noviembre de 2009

No entiendo.

¿Puede en una sociedad organizada hacer cada uno lo que quiere?
Si así fuera, ¿para qué existen las leyes? O más bien, ¿sería realmente una sociedad organizada?
Si la fuerza reemplaza la ley, ¿puede decirse que hay una república?
¿Qué se supone que es una democracia?
Si las leyes se violan, si la república es sólo letra muerta, si la democracia se pierde, ¿qué tipo de reacción sería lícita sin caer en contradicciones con lo que se pide?
Como sólo soy médico, y evidentemente me cuesta entender, me hago estas preguntas. ¿Tendrá alguien la amabilidad de tratar de contestarlas? JMB

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Hacer nada versus"fiaca".

Hemos hablado y leído bastante en los últimos tiempos sobre la importancia del manejo del tiempo, sobre la necesidad de recreos e incluso sobre aprender a hacer nada. Sin embargo, creo que hay que tener cuidado con no confundir estas cosas con la "fiaca" o sucedáneos. Entiendo que ésta no implica una real decisión sino una imposición desde razones negativas. El descanso es indispensable como decisión positiva, pero libre. A veces la diferencia puede ser difícil de distinguir, pero clave si queremos una vida rica, intensa y sin trampas. JMB

domingo, 1 de noviembre de 2009

"Elogio a la locura"

Erasmo de Rotterdam escribió en el siglo XVI un fantástico libro, con un título muy sugerente: "Elogio a la locura". Se destaca en él el valor de la creatividad, la alegría, la espontaneidad, el amor. Opone así su elogio a la falsa sabiduría de los que creen saberlo todo, son rígidos, severos y aburridos. Thomas Merton los llama "bienpensantes" y los ejemplifica en quienes se quedan debajo de la montaña criticando a Prometeo en su intento de alcanzar el fuego de los dioses. Los pseudo prudentes "bienpensantes" criticarán con sólidos argumentos la "locura" imposible de Prometeo.
En psiquiatría se distinguen las "psicosis", como cuadros específicos, de las clásicamente llamada "psicopatías" llamadas por muchos autores con un nombre más potente, "locura moral", que se trata de aquellas personas que tienen una forma desviada de valorar sus actos y los de sus semejantes en función de sus propias preferencias o necesidades. Así la "locura moral" no respeta escala de valores ni le interesa nada que no sea sí mismo.
Por otro lado, es conocida la frase acerca que "los niños y los locos dicen siempre la verdad". Como adultos, tratamos de formar a los jóvenes, educarlos, lo cual exige ponerles límites de distinto tipo, a veces algo escasos y otras algo exegerados. En cualquier caso es común decir frases del tipo: "abrigate bien", "no podemos ir porque llueve", "ya dejá de jugar que tenés otras cosas que hacer", "pensá en lo que hacés", "ya sos grande para eso", y así hasta el infinito.
El día sábado 31 de octubre de 2009 amaneció con severas amenazas de lluvia. Una lástima, ya que ese día los padres del Colegio Salvador recibíamos a nuestros colegas uruguayos del "Seminario" de Montevideo. Nuestro gusto por el fútbol y la intención de la integración y la amistad nos llevaban a este nuevo encuentro, postergado varias veces desde las complejidades de Buenos Aires. Los padres del Seminario, alrededor de 40, viajaron pese a los pronósticos adversos, para pasar el fin de semana en nuestra ciudad. Organizados, comprometidos y con muchas ganas de pasarlo bien, sin mirar el cielo apostaron por poder ese sábado jugar. Mientras tanto, la inquebrantable convicción de los organizadores se contagiaba a los otros padres que dejaban sus casas y su esperado descanso para ir a recibir a los vecinos. La lluvia, seguramente pararía y el campo de juego estaba "impecable". El deseo de todos no pudo ser. A la hora de jugar era un diluvio. Sin embargo, los "locos bajitos" que alguna vez fuimos se hicieron cargo de la situación. No se escucharon quejas. Como niños chapoteando bajo el agua y el noble fútbol como excusa, alrededor de 60 adultos volvimos a nuestros mejores años.
La "locura moral" de muchos dirigentes separan, enfrentan, generan inexplicables resentimientos y desconfianza. Nada de ello existió en la realidad compartida de dos comunidades unidas como siempre lo estuvieron y como un símbolo de las enormes potencialidades humanas.
Sí hubo lugar, y mucho, para la locura de Erasmo. Fútbol, asado y camaradería brotaron por doquier.
Gracias a todos los que nos permitimos ese día inolvidable y nos juramentamos repetirlo el año próximo, esta vez, del otro lado del maravilloso río que nos une desde siempre.
¡Salud por la sana locura del fútbol, de la vida y de la amistad! Juan Manuel Bulacio