lunes, 2 de febrero de 2015

Un difícil equilibrio

Al ser el hombre racional y emocional a la vez, todo intento de objetividad se hará indefectiblemente marcado por la subjetividad. De esto se deriva que el uso del juicio crítico, esencial en el desarrollo de las capacidades humanas, deba ser al menos respetuoso y humilde, sobre todo cuando se refiere a otras personas, por los posibles errores de apreciación y por la incapacidad de conocer la subjetividad del otro.
Por eso, se pueden juzgar conductas y no intenciones ni personas.
Comprender mejor las características humanas nos ayuda a explotarlas al máximo y a la vez a aceptar sus límites.
La relación armónica
entre lo racional y lo emocional es una de las claves para el bienestar personal y tiene fuerte incidencia también en los vínculos y por consiguiente en la sociedad entera.