Si en ocasiones sentimos que la fuerza no nos alcanza, o el cansancio o exigencias nos superan será necesario buscar inteligentemente la manera de renovarnos. Muchos de esos recursos reparadores son personales, como hemos mencionado en otras oportunidades. Pero también necesitamos sumar recursos o energía de otros. Sabemos que pedir, muchas veces, no es una buena idea, ya que cada cual arrastra sus propias dificultades. Podemos hacerlo, siempre que estemos dispuestos a aceptar sin ofensas esas dificultades. Pero sumar a otros no requiere necesariamente exigencias elevadas. En ocasiones, una palabra o un simple gesto alcanza. La unión emocional sincera suele sumar más que acciones concretas, al menos cuando estas no son posibles. Ni más ni menos, que dar y recibir, sin pedir mucho ni sentirse obligado. La medida de lo posible está en cada uno. Lo sabio sería aprender a aceptarlo, en nosotros mismos y en los demás.