Hay gente egoísta. De hecho, todos lo somos en algún momento y situación. Hay gente generosa, y también todos lo somos en algún grado en algún momento. Sin embargo, creo que en general el individualismo priva. Y la generosidad paga mal. Para colmo, muchas veces se espera algo a cambio, aunque no se reconozca, y cuando esa respuesta no llega, vienen la decepción y la bronca. Esta claro que lo ideal sería dar sin esperar nada. Pero, ¿es esto posible más allá de los enunciados? Con los hijos y pocos afectos más tal vez sea natural el amor incondicional, o casi. ¿Con el resto?
Y si no es posible no esperar algo, ¿habrá que dar igualmente, o aprender a aceptar más la naturaleza falible propia y de los otros?
Interrogantes, tal vez no los mejores, para la mañana de un lunes...