Ana María Paz, asidua lectora de este blog, me recomendaba ayer no cansarme y aflojar en mis esperanzas. Realmente es algo que trato permanentemente de hacer y de transmitir en los distintos ámbitos en que muevo. Comprendo además que de podo sirve atribuir externamente las dificultades y más sirve enfocarse en lo que uno mismo debo, quiere y puede cambiar. Sin embargo, a veces algunas cosas sorprenden. ¿Pueden ustedes, queridos amigos, creer, por ejemplo que desde la Fundación que presido, y sostengo con todo tipo de esfuerzos, no logremos interesados en nuestros trabajos con adolesentes en las escuelas? Aclaro, son talleres gratutios, con tiempo robado de la escasez que tengo, con gente que también lo hace en similares condiciones. Todos profesionales que sólo deseamos en esto dar un servicio. Interesados, ninguno!!!! En un grupo de Facebook que co-coordino propuse lo mismo, el grupo tiene casi 5000 personas, no hubo una respuesta! Se habla de educación y de miles de cosas, pero si implica algo de pérdida de comodidad, mejor lo dejamos para otro momento...Sólo vale quejarse, tratar de trucar eso por acciones, ni hablar!
En los largos años de Fundación sólo hemos tenido una donación: una PC viejísima, todo lo demás ha sido a pulmón. El sábado empezábamos un curso en una Universidad, hecho por nosotros. El encargado de la seguridad estaba contento porque venía poca gente a ver si en una de esas se suspendía. Su única tarea era abrir la puerta, pero prefería pasarse el día haciendo absolutamente nada. Podría dar muchos ejemplos más, pero no quiero cansarlos. Pueden imaginarlos, grupos gratuitos en el hospital, charlas abiertas a público,etc. etc. A quién le importa? Si gente que quiere trabajar gratuitamente y está capacitada para eso no encuentra eco, entonces, ¿cuéles son las reglas?
Si estudiantes de psicología se aburren de los pocos pacientes que ven, cuando aún no aprendieron casi nada, si médicos quieren saber cuánto van a cobrar antes de mover un dedo, si lectores sólo quieren cosas comunes y baratas, si la TV marca los ritmos e intereses...
No Ana María, no pierdo las esperanzas, no por mérito, sino por naturaleza, pero reconozco que a veces, se hace duro. Aún así, no puedo ser una parte más de lo que critico. Por eso, esta nota algo más larga de lo habitual.
Beso/abrazo. JM