viernes, 23 de diciembre de 2011

Nochebuena

El nacimiento más extarordinario de la historia humana fue un 25 de diciembre. En un pesebre, con animales, en el medio del campo . Da pena entonces, que el significado social más evidente de estos días sean las decoraciones, las comidas y los saludos y regalos obligatorios, tan alejados de ello. Y en lo íntimo, la nostalgia suele ahogar la alegría. Recuperar el sentido profundo de la Navidad y expresarlo en lo cotidiano nos permite volver a lo esencial y renovarnos. Y para eso, hay que ser como niños. O aprender de ellos, con sus ilusiones, libertad y frescura. Ojalá la espera de estos días, nos lleve a la Nochebuena de la humildad y la esperanza.

viernes, 9 de diciembre de 2011

¿Te gustan los chicos?

¿Quién no ha escuchado como motivo para buscar un embarazo,  "me/le gustan mucho los chicos"?
Siempre me sorprendió esta frase, por más que sea dicha con la mejor intención.
¿Es que acaso los padres tenemos chicos? ¿O los tenemos sólo porque nos gustan como si fueran, tácitamente, juguetes nuestros y de lujo? ¿Acaso los devolveremos o reemplazaremos por otros más pequeños cuando vayan creciendo?
Aunque sólo sea "una forma de decir", creo que la frase es profundamente equivocada en lo conceptual.
Un hijo es una enorme responsabilidad, es una gran exigencia, es motivo de preocupaciones constantes y es sin duda, una fuente de alegría. Probablemente sean lo más importante para sus padres, en esa extraña cadena de la vida. Y tener un hijo, es un paso para siempre, aunque el niño tenga 50 años.
En una sociedad ya demasiado consumista, algo tan sagrado debe, en mi entender, utilizar palabras adecuadas.
La decisión trascendente de tener un hijo, es lo menos que merece.