sábado, 30 de agosto de 2008

¿Y ahora qué?

¿No les ha pasado que esperan tener un rato libre para hacer algunas de las cosas que tienen en espera y que cuándo finalmente lo consiguen no saben qué hacer con él?
Es que los estados de ánimo fluctúan permanentemente. Lo que queremos en un instante, lo olvidamos al siguiente. Por supuesto hay deseos profundos e intensos que perduran y forman parte de nuestra identidad, pero los hay mucho más vanales y pasajeros. Por eso nos sería muy útil diferenciar la transitoriedad de algunos pensamientos y emociones para no dejarnos dominar por ellos. No necesitamos pelear con nuestras emociones ya que nos dan valiosa información, aunque no debemos perder de vista que ha menudo son contradictorias. Por eso, en algún sentido podemos decir que "somos lo que hacemos". Algo parecido a una frase infinitamente más trascendente que seguramente conocemos: "por sus frutos los conocerás".

2 comentarios:

Gabriel Zanotti dijo...

Por sus frutos los conoceréis porque, tal vez, hacemos lo que somos....................

Juan Manuel Bulacio dijo...

Mm...no sé Gabriel... creo en la esencia de las personas pero también en la libertad, la autorregulación. Creo que podemos cambiar, crecer...Si bien en nuestra conducta mostramos nuestra escencia, también desde las conductas nos vamos "construyendo". Es decir, somos responsables de lo que hacemos y podemos optar. Si así no fuera nuestra conducta estaría determinada desde nuestro ser, y yo creo que si bien es parcialmente así, queda margen para la libertad... (2.18 am)