miércoles, 29 de abril de 2009

Seamos más humanos!

Las amenazas que percibimos por todos lados tienden a generarnos una sensación de desamparo, y a menudo a incrementar la de soledad. Ocurre que entre tantas exigencias ambientales y amenazas futuras, las personas solemos incomunicarnos con los otros. Todos deseamos ser escuchados, comprendidos, tenidos en cuenta, aunque la angustia que experimentamos cierre nuestros ojos y oídos hacia los demás. Entramos así en una queja colectiva vacía e improductiva. Un coro de lamentos que, en el fondo, nos ubica como centro del universo y nos cierra hacia los otros. El círculo vicioso que se genera sólo puede ser cortado con un cambio de perspectiva. Con "descentrarnos" de nuestras preocupaciones y abrirnos a la de los demás. A veces basta una mirada, una palabra, una sonrisa, como no nos cansaremos de repetir. Aliviar al prójimo nos da también una óptica distinta que nos lleva a nuestro propio alivio. Nos realza como personas y nos permite comprender más la naturaleza humana. Tal vez nos muestre que un camino espiritual es más fructífero que uno exclusivamente material. Que ser más humanos, en la esencia de lo que es y en sus múltiples dimensiones, es la única forma de acercarnos, en este mundo imperfecto, a la felicidad.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Juan, estaba pensando, hace segundos, en este tema de las amenazas que, constantemente estamos recibiendo y leyéndote, a pesar de qué que soy realmente una persona muy humana,que considero, escucho y acudo solidariamente, confieso que no puedo abstraerme de la realidad y tiendo a recluirme, en aras de protegerme.
Pasé por la experiencia de ser asaltada, en un camino de tierra, sola y robada en forma, mi casa del campo, de esto hace ya ,once años .Ese día, dije, cuando logré desatrame y destar a empleados, HOY, ME ROBARON LA LIBERTAD y NO ME EQUIVOQUE. Eso es lo que siento, ya pienso, si voy en auto, por dónde, si espero un taxi, como por ejemplo el sábado pasado, en Seguí, a una cuadra de Libertador, qué me puede pasar , en esa soledad, que la zona tenía, a las cinco de la tarde.
No soy quejosa, ni mediosa, al contrario, pero pensar que puedo generarme sola, por falta de precaución, otra violencia, me limita. Y el estar abierta a lo demás, humanamente, no hace que esta realidad se diluya.
Sé, que la reserva espiritual fuerte, es la que me hace seguir y no claudicar y sonreir, pero no puedo evitar y creo que nadie, de ver la realidad, en toda su magnitud.
QUIERO VOLVER A LA LIBERTAD, para poder desarrolar más, mi calidad humana, y "descentrarme" de las amenazas reales.


Ana María Paz

Anónimo dijo...

Ana María, no permitas perder tu libertad por los que quieren perjudicarte, lastimarte, o robarte, que no te limiten. Sé vos misma y mirá para adelante seguro que tenés mucho para dar. Con todo respeto.
Saludos.

Juan Manuel Bulacio dijo...

Querida Ana María, las amenazas reales siempre existirán, aunque el modo en que nos posicionemos ante ellas puede variar. Me refería en la nota, no solo a los temas de inseguridad, sino también a las enfermedades, preocupaciones económicas, incertidumbres futuras, etc.
Todas esas causas nos llevan a aislarnos de los demás, en nuestra casa o en medio de una multitud. Nuestras preocupaciones, casi siempre legítimas, nos desinteresan de las preocupaciones de los demás. Si queremos ser vistos, escuchados, tenidos en cuenta, debemos empezar por ver, escuchar y tener en cuenta a los demás.
La dura realidad que vivimos nos lleva a la lamentable consecuencia de alejarnos de los demás, empeorando nuestra realidad al dejarnos más solos. Eso es lo que propongo no perder de vista. Nuestra propia capacidad de ejercer la autoinfluencia nos permite enfocar las cosas, y actuar, de un modo diferente. Sin perder de vista la realidad, con lo dura y lo agradable también que puede ser. Te mando un beso. JM

Ines B. dijo...

Juan, es muy dificil mantener en estos dias la comunicacion salvo a traves de escritos o llamadas telefonicas, coincido con Ana Maria, esta realidad nos hace recluirnos y tomar precauciones que jamas hubieramos pensado, nunca fui miedosa sin embargo hoy mi precaucion tiene atizbos de miedo, si manejo, si camino, etc. en este contexto poco tiempo queda para los encuentros distendidos de antaño. Me da mucha rabia ya que soy de naturaleza LIBRE, me consuela seguir manteniendo mi LIBERTAD de pensamiento, que no es poco!.
Con respecto a "como es tu cara",no tengo Faccebook, pero tengo una amiga muy inquieta , POR SUERTE!Cariños Ines

Anónimo dijo...

Te entendí Juan.Comparto plenamente, que uno no debe de perder de vista lo bueno, y que es mucho, lo que la vida nos da y cuando lo retacea, buscarlo y ser generador, con su actitud, de una mejor vida, para los demás y eso lleva a estar mejor con uno mismo.

Trato de hablar con personas de diferentes, lugares socio- económicos y lo que me dicen es como calcado, a pesar del intento de compartir, de dar, la gente está así, sola, aislada y si buscas la causa, es hasta el sábado pasado, antes de este nuevo virus, la inseguridad. Tema de base que corroe la vida normal, de todos.
Decime cuándo mirabas un chico y temías ? Nunca, al contrario era solo ternura ... ahora lo miras dos veces, primero para ver si no está drogado y después para saber si no tiene una navaja o lo que fuere, para dañarte.
Condiciona, a pesar de uno.

Al "Anónimo" que me dedicó unas palabras, mil gracias y te cuento que, siempre tengo como lema, las palabras de Almafuerte...
"NO TE DES POR VENCIDO, NI AUN VENCIDO "

Ana María Paz

Anónimo dijo...

Acabo de leer esto y lo comparto.

Confía..
Las cosas pasan a una hora determinada.
Exactamente cuando deben pasar!
En los momentos felices, ama a Dios.
En los momentos difíciles, busca a Dios.
En los momentos de silencio, adora a Dios.
En los momentos dolorosos, confía en Dios.
En todo momento, agradece a Dios.

Ana María Paz