jueves, 30 de junio de 2011

Desmesuras, polaridades, ...

...falsedades y falta de normas deben ser parte importante del descalabro sociocultural creciente en que vivimos. No somos individualmente un poco así también?
Existe al menos la intención de pensar y vivir valores algo más trascendentes?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me equivoqué y por momentos desacaté ciertas normas y podría en cierta manera ser responsable, sin culpa, ya que el equívoco que pude cometer no fue un hecho intencional. No siento ser causante del desbarajuste actual por mis errores, al contrario lo sufro.
Bendito sea Dios por haber puesto en mi camino el error y subsanarlo para no caer en el horror
de llevar una mala vida y encima contaminar al prójimo.
Mil veces me pregunto cómo y cuándo comenzó esta debacle en la sociedad, mis respuestas no sé si son ciertas en cuanto a hitos históricos, como mayo del 68 en París y luego New York, etc. etc.
Sí estoy convencida que, hay 10 mandamientos, que de ser respetados ordenarían la sociedad, pero son ultrajados minuto a minuto y considero que en todas las religiones, que con sus variantes proponen lo mismo y ahí está la base del orden deseado.
En la medida que no vuelvan a ser valorados y sean rectores de la gente, la sociedad va a seguir a la deriva.
AMP

Verónica Molina dijo...

Yo me pregunto si la desmesura y las polaridades no nos han acompañado siempre. Ahora puede que sean más evidentes, en una de ésas, pero no creo que sean peores que en otras épocas...

Pero con respecto a los valores más trascendentes, sí creo que vamos perdiendo la batalla en el día a día. Nos volvemos escépticos con las creencias de nuestros mayores, y de paso estamos muy cómodos sin plantearnos nada para mañana, sin preguntarnos en nuestra relación con la muerte y lo que hay más allá, o las implicancias reales de hacer cosas concretas en nuestra relación con los demás en el más acá.

Las ansias del consumo constante y la búsqueda de la "experiencia perfecta" nos vuelven la vista hacia el ombligo cada dos por tres. Y nos convertimos en individuos amargos, insatisfechos y sesmedidos.

Desmesuras y polaridades, otra vez...