Se trata, en términos de Gabriel Zanotti, del "tiempo existencial", cercano, aunque en su respectivo campo, al "tiempo psíquico". En cualquier caso, subjetivo y diferente del que marca la naturaleza.
El manejo de nuestro tiempo será tanto más provechoso cuando logremos sincronizar el tiempo subjetivo con el objetivo. Es lo que normalmente llamamos, "el manejo del tiempo", desvelo de estudiantes, trabajadores diversos, padres, etc. Tanto que ya es casi corriente decir "no tengo tiempo". Recuerdo que en mi juventud (poco tiempo atrás, aunque parece casi otra vida para mí) un viejo maestro´decía: "cuando necesites hacer algo que implique responsabilidad, busca a alguien que tenga poco tiempo". Hoy ya lo comprobé muchas veces en mi vida (casi cada día), quienes tienen menos tiempo, suelen ser más generosos y encontrar la manera de optimizarlo si la ocasión lo requiere. Quien poco hace, poco está dispuesto a hacer.
Como en tantas cosas, el Padre Marqué tenía razón...
Desde su retiro en su Francia natal y con cerca de 95 años y con sus piernas amputadas sigue dando cátedra con su ejemplo de vida y su sabio manejo de las cosas simples. ¡Gracias Padre!
jueves, 28 de agosto de 2008
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5 comentarios:
Bravo por Bulashio!.
Esto de las entradas cortas es doblemente bueno.
Respecto del tiempo hay varias consideraciones interesantes. Unas son del Dieguito Golombek, factotum de la colección CQL [Ciencia que ladra], y otras podemos gozarlas en la versión norteamericana de la serie "The Office".
Sobre el cura gaucho, el Padre Marqué a quien suelo recordar todas las semanas, poco puedo agregar. Un sabio, y de pocas palabras ..
Mi homenaje y mi agradecimiento al Padre Marqué...... Gracias JM por nombrarlo..................
La tematica del tiempo como casi todas,se puede reducir en última instancia a las costumbres, a los acuerdos y las convenciones.
Los minutos y otras palabras que usamos para fragmentarlo son acuerdos que aceptamos para entendernos entre nosotros.
Los relojes, son inventos que usamos para que tengan más valor otros acuerdos sociales. Pero en un nivel más escencial no existen, son puro producto del medio social y resulta increible como terminamos usandolos en nuestra propia contra, más que para entendernos, para presionarnos mutuamente....y pensar que no son más que inventos, creaciones con adaptos.
Una forma de cobrar conciencia de que son producto del hombre es que no haya un solo tiempo...más allá de las franjas horarias en las distintas partes del mundo.... hay muchos tiempos por ejemplo:
El tiempo que tenemos capacidad de conocer, un parpadeo en la historia del universo, sirve algunos para cobrar conciencia de su pequeñez.
El tiempo como "un devenir cronologico de instantes", sirve a otros para tener presente que indefectiblemente el tiempo de uno (y de todos) se acaba y nos empuja para aprovechar el tiempo de vida que tenemos.
El tiempo para entrar en confianza con alguien que se conoce, que es distinto para cada uno.
El tiempo que le dedicamos atención a las personas con las que nos encariñamos...que aunque no sea suficiente para hacer un comentario muy brillante, permite participar de un tema tan interesante como el mismismo tiempo :)
Muy bueno Juanma, pensar en cuantas oportunidades el tiempo solamente pasa.
Hola a todos!
Creo que el problema del tiempo y de sentir el mismo como una carga o una imposición, deriva por un lado de una alienación de la interioridad, que no nos permite distinguir qué cuestiones nos resultan importantes y cuáles no, y en consecuencia valorar y elegir las centrales, y por el otro lado, de los requerimientos externos, muchas veces tanbién solicitados por enajenados de sí mismos, que quieren todo ya y ahora.
Podrán informarme mejor los psi , pero estoy seguro que la ansiedad que nos domina, proviene en gran parte de no saber esperar los tiempos que naturalmente tienen las cosas, la depresión también tendrá algo que ver, pero no lo puedo precisar.-
Quizá, estando más en sintonía con nosotros mismos, el tiempo se convierta en un gran don, en definitiva en el espacio dónde se vive. Es curioso que nos falte tiempo, y al mismo tiempo no lo sintamos como un regalo sino una carga. Entonces para qué lo queremos???
El ejemplo del Padre Marquè que pone Manuel es excelente, siempre tuvo tiempo para atender a cualquiera, nunca su puerta estuvo cerrada, tenía mil responsabilidades, las que encaraba una por una, siempre nos dió el ejemplo de dormir la siesta, siempre nos dió el ejemplo de no estar jamás desocupado, siempre exigió que se le respeten sus espacios de ocio, los que nunca negoció, siempre se tomaba unos días de reales vacaciones. Se daba plenamente, pero para ello, estaba consigo mismo (y con Dios, por qué no decirlo?) plenamente.
Una sola condición ponía: Qué hubiera buen vino en la mesa todos los días!
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