Una antigua discusión en el ámbito de la psiquiatría-antropología consiste en tratar de discernir el sentido evolutivo de la razón humana. Dado que la característica biológica más distintiva de lo humano es el gran desarrollo de la corteza cerebral, relacionada con las características mentales superiores, preguntarse por su sentido es fundamental. Las emociones se relacionan con características cerebrales más básicas y añejas. Si la evolución tiende a la adaptación, podría pensarse que la razón y la consecuente inhibición de las emociones e instintos tiene ese propósito. Sin embargo, no es seguro que los homínidos (entre los que se encuentra el hombre) se adapten mejor que sus predecesores, como lo demuestra la desaparición de muchos de ellos previos al hombre actual. La adaptación implica la continuidad de la vida propia y de la especie. Es el desarrollo del cerebro un paso hacia la cúspide de la evolución biológica o es una especie de "error evolutivo"?
La pregunta no sólo tiene un valor académico ya que de esta cuestión se desprenden otras de gran importancia, por ejemplo:
1) Las emociones humanas, son formas elevadas o sólo aspectos primitivos biológicos al servicio de la adaptación?
2) El hombre es una especie de ser vivo sofisticado, pero en esencia igual en su sentido y propósito que un mono e incluso una bacteria o un virus?
3) Desarrollar los valores humanos superiores, para qué sirve?
4) Tiene sentido la humanidad?
Por supuesto, que estos temas son muy complejos y apenas pueden introducirse imperfectamente en este espacio, pero las respuestas, a mi entender, no pueden reducirse a niveles biológicos-antropológicos. Es indispensable la filosofía para darles un marco más amplio y fecundo.
En mi opinión, la inteligencia y la voluntad son características superiores que no sólo sirven a la adaptación, sino que tienen un sentido que debe buscarse en otro nivel. El papel de las emociones es aún mucho más complejo y quedará para otra oportunidad...