Difundir y psicoeducar es válido e incluso necesario, pero la clave es hacerlo en forma precisa.
Va una línea de cada uno de estos ejemplos.
-La mente influye sobre el cuerpo. Pero la forma en que esto sucede no puede saberse en forma exacta. Las enfermedades o manifestaciones físicas son policausales y no pueden atribuirse a ningún proceso mental. A lo sumo puede hipotetizarse alguna relación, basado en correlaciones estadísticas, pero para cada caso individual deben estudiarse en forma separada los procesos psíquicos y los físicos.
-Las llamadas " bajas de defensas" deben entenderse del mismo modo que las somatizaciones. O sea, como fenómenos de origen multicausal eventualmente infuidos desde lo psíquico.
-En cuanto al estrés, ya hemos hecho muchas referencias en este sitio por lo que en esta oportunidad solo mencionaremos que es una respuesta física al servicio de la adaptación. Como tal puede ser normal o patológico cuando es excesivo. Es una respuesta de activación corporal para poder realizar el afrontamiento que la situación requiera. Pero, atención, dicho afrontamiento, no sólo es sobre el estímulo o situación propiamente dicha, sino que también puede ser sobre el propio individuo. Y sea sobre uno u otro foco, el afrontamiento será hacer algo (afrontamiento conductual) o cambiar la manera de entender algo (afrontamiento cognitivo). Una persona tiene mejores posibilidades de manejar el estrés cuando es capaz de utilizar distintos tipos de afrontamiento, incluso los llamados evitativo y pasivo. También podrá enriquecer sus recursos personales y aprender a manejar mejor la activación física que el estrés provoca.
Por lo tanto, basta de la elemental idea de " bajar un cambio", y más búsqueda de nuevas formas, más creativas y variadas para que el estrés cumpla su objetivo y por lo tanto juegue a nuestro favor.
Hasta pronto!