Seamos más humanos!

Las amenazas que percibimos por todos lados tienden a generarnos una sensación de desamparo, y a menudo a incrementar la de soledad. Ocurre que entre tantas exigencias ambientales y amenazas futuras, las personas solemos incomunicarnos con los otros. Todos deseamos ser escuchados, comprendidos, tenidos en cuenta, aunque la angustia que experimentamos cierre nuestros ojos y oídos hacia los demás. Entramos así en una queja colectiva vacía e improductiva. Un coro de lamentos que, en el fondo, nos ubica como centro del universo y nos cierra hacia los otros. El círculo vicioso que se genera sólo puede ser cortado con un cambio de perspectiva. Con "descentrarnos" de nuestras preocupaciones y abrirnos a la de los demás. A veces basta una mirada, una palabra, una sonrisa, como no nos cansaremos de repetir. Aliviar al prójimo nos da también una óptica distinta que nos lleva a nuestro propio alivio. Nos realza como personas y nos permite comprender más la naturaleza humana. Tal vez nos muestre que un camino espiritual es más fructífero que uno exclusivamente material. Que ser más humanos, en la esencia de lo que es y en sus múltiples dimensiones, es la única forma de acercarnos, en este mundo imperfecto, a la felicidad.

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Basta de quejas, es tiempo de acción!

Está bastante claro que buena parte de nuestra sociedad está disconforme con lo que sucede a nuestro alrededor. La queja es materia de cada día. El problema es cómo colaborar en forma más activa en generar un cambio. Internet, con sus múltiples variantes, puede ser un espacio útil para la reflexión y el encuentro entra las personas, aunque sin duda debe complementarse con acciones directas. No nos cansaremos de decir que es la propia vida, con la gente que nos rodea y las actividades que hacemos es nuestro principal campo de acción, partiendo de nosotros mismos, siguiendo por nuestras familias y amigos y luego expandiendo nuestros esfuerzos hacia la sociedad. Sin embargo, creo que es necesario también participar más en organizaciones destinadas específicamente a favorecer en forma coordinada el Bien Común. Está claro que no es posible para todos, pero tal vez sí para muchos, al menos en alguna medida. Quienes menos tiempo tienen suelen ser los más generosos y pródigos en su uso. Las orientaciones políticas, las ideas diversas, no son lo más importante. Sí lo es el hombre y sus valores. Nuestra sociedad necesita más compromiso, honestidad y coherencia. Y cada uno de nosotros puede colaborar en ello. Basta de quejas! Es tiempo de acción!

Mantenéte!

Del blog Carpe Diem, de mi compadre y amigo Quique:

Mantené tus pensamientos positivos,
Porque tus pensamientos se convierten en tus palabras.

Mantené tus palabras positivas,
tus palabras se convierten en tus acciones.

Mantené tus acciones positivas
Porque tus acciones se convierten en tus hábitos.

Mantené tus hábitos positivos,
Porque tus hábitos se convierten en tus valores.

Mantené tus valores positivos,
Porque tus valores se convierten en tu destino.

Silencio y esperanza

Realmente ha sido una semana un poco "cansadora", por eso el silencio en estas páginas que empezaban a animarse. Sepan disculpar los habituales lectores, pero a veces es preferible callar. Ojalá la Pascua haya llegado para muchos, aunque en la sociedad no se note. 

Con un poco de descanso y actitud positiva, las cosas buenas brotarán nuevamente. Por eso, la esperanza no es ingenua. Es esperar lo que no se ve, pero se sabe que llegará. Dejo este espacio abierto...

Los escucho...

Que la Pascua sea real en nuestras vidas

Qué la Pascua llegue a nuestra sociedad y a sus dirigentes!
Qué el cambio sea real y empiece por cada uno!
Qué la Pascua nos dé una vida más auténtica y más limpia!
Ya llegan...
Felices Pascuas de Resurrección!

Vivir el lunes

Desde niños escuchamos y repetimos que los días lunes son desagradables o al menos, negativos. Por eso, nos pasamos la semana esperando el bienestar que supuestamente nos traerá el viernes. Frases que repetimos y enseñamos hasta hacerlas ciertas, casi por nuestra propia decisión.  Es una lástima que nos cueste tanto ver todas las cosas buenas que cada día puede darnos. Encontrar gente agradable, aprender, descubrir, pensar, sentir, hacer. Si no aprendemos a vivir cada día, sufriremos el fin de semana pensando en el lunes, o a principio de mes, esperando el final, o nos pasaremos aguardando la llegada de las vacaciones para lamentar rápidamente su finalización. ¿No es mejor vivir cada día con lo que traiga? Alegrías y sinsabores, esfuerzos y logros, triunfos y derrotas. ¿No es mejor, en definitiva, vivir?

Ya lo recordamos en otra ocasión. No fue cualquiera quien lo dijo y tiene el valor de las verdades sencillas:

"Que a cada día le baste su propio afán."

Austeridad voluntaria

Las necesidades humanas son muy variables y van desde las más básicas ligadas  a la propia supervivencia hasta las más elevadas y propiamente humanas, las éticas, estéticas y espirituales. Muchas otras podemos mencionar, la seguridad, la autorrealización, la educación, el conocimiento, el reconocimiento, la contención emocional, la sociabilidad, entre ellas. Lamentablemente, la mayoría de los estímulos están dirigidos a satisfacer necesidades materiales, en ocasiones por medios muy sofisticados que en realidad buscan alimentar el ego personal y un excesivo confort. Las angustias económicas percibidas por la mayoría suelen tener que ver con la no realización de algunos de esos deseos superfluos. Obviamente, las necesidades más básicas deben ser satisfechas para poder aspirar a otras, pero debemos reflexionar un poco acerca de cuáles son las que realmente son necesidades humanas esenciales y cuales son impuestas desde una sociedad consumista y a menudo vacía. En general esas legítimas aspiraciones pueden alcanzarse con poco costo económico, por ejemplo, la música, la lectura, la vida al aire libre, el deporte, el encuentro con seres queridos. La obsesión por lo económico puede alejarnos de la posibilidad de disfrutar de esas y muchas otras cosas prácticamente al alcance de la mano. Conectarse con la realidad es compatible con la actitud esperanzada y también con una vida austera que permita descubrir en lo simple las riquezas y variantes que la complejidad humana nos permite. La austeridad es parte esencial de la vida sana, limpia y honesta. Y nos permite disfrutar mucho más aquellas cosas buenas que la vida nos da.

Espacio abierto para expresarse libremente