lunes, 8 de febrero de 2010

Despacio, pero sin pausa

Esta semana culminan los preparativos para el lanzamiento de todas las actividades de la Fundación ICCAp. Mucho de ello les iré contando en el blog. Lo primero y más directo es que desde la semana próxima, todos los lunes mandaremos una editorial dentro de un pequeño boletín. Aquí transcribiremos dicho texto. Los cursos, charlas de difusión, actividades grupales, publicaciones científicas y psicoeducativas, investigaciones, trabajos en escuelas, entre otras figurarán en detalle en la página del ICCAp. pero la idea es mencionarlas también(apenas) acá, tratando de no salir de la idea general de reflexión que tiene este blog.
Ya el año está bien entrado para algunos, aunque aún otros sigan de vacaciones. Ya es tiempo de salir a la cancha y no tomar esa vieja costumbre de escudarnos en las fechas para hacer la plancha (principio de año, finales, vacaciones de inviernno, y cuantas se nos ocurran).
Para que el año se aproxime a los propósitos planteados por cada uno para fines de año, debemos construirlo diariamente. Que las buenas intenciones se transformen en acto.
Por último una pequeña campaña que vamos a iniciar: la prioridad en la calle para el peatón. ¿Será posible cambiar algo cultural desde allí? El respeto y el orden son bienes indispensables para una sociedad organizada. Y esa es una medida simple, al alcance de todos. Ya ampliaremos. Beso/abrazo. JMB

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Ante todo, felicitaciones por todos los proyectos para este año. Yo todavia no me tomé las vacaciones (me tocan en marzo), y le puedo asegurar que las estoy esperando "ansiosamente".
En cuanto al tema planteado de la prioridad del peatón, es cierto, el peatón tiene prioridad frente al automovil, automovil que es conducido por una persona que en un momento fue peatón y sintió que tenía prioridad siempre, así que ese "derecho" lo traslada cuando conduce y resulta que todos tienen prioridad y la calle se transforma en un verdadero caos.
En la calle nadie respeta a nadie, pero, en realidad, la calle es el reflejo de la sociedad toda, donde la palabra respeto ya no existe o se confunde con debilidad y nadie quiere ser "débil" nadie quiere ceder en nada, esta sociedad en la que estamos todos involucrados se transformó en una comunidad prepotente y mal educada.
Y la prepotencia, los malos modos para pedir algo, la intolerancia frente a la espera, se nota en todos los ámbitos y en todas las edades. Quien de nosotros no la ha sufrido en alguna oficina pública, en algún negocio, etc.
Entonces, respetemos y exijamos que nos respeten, "paremosle el carro" a quien nos trata de mala manera, somos merecederos de respeto, pero, también estamos obligados a respetar, empecemos a ser buenos peatones y seguramente seremos buenos conductores, buenos comerciantes, buenos educadores, buenos padres, buenos hijos, etc.
Me parece que estoy dando un discurso demasiado denso, y espero no haber desviado el tema planteado.
Gracias
Un abrazo
Ana Maria M.

Juan Manuel Bulacio dijo...

Nada denso, Ana María. De eso se trata! De dar pasos que puedan ir extendiéndose hacia otros, con la idea de influir en la cultura, aunque sea un poco. De acuerdo en todo. Un beso. JM

Verito dijo...

Qué bueno que tengan tantos proyectos y que los comuniquen, sobre todo, para que el esfuerzo se vea acompañado por aquellos que podamos aportar a la causa.

El año ya está empezadísimo para nosotros... es un año de mucho sembrar, creemos. Lo que nos alegra y nos enorgullece, porque no siempre se tiene la oportunidad de poner el cuerpo y el alma para hacer cosas importantes para nosotros mismos y los demás (por la familia, por nuestros trabajos, nuestros amigos).

Cariños gigantes y a mejorar entre todos la salud de nuestro tránsito por la vida, el de la ciudad incluido.

Juan Manuel Bulacio dijo...

Buenísimo Verito:
"Para mejorar nuestro tránsito por la vida, mejoremos entre todos nuestro tránsito por la ciudad. Respetemos al peatón que somos todos."
Gracias. Vamos a seguir mejorando la idea...

Quique Figueroa dijo...

Dislate/aporte al paso. Cayó en mis manos, una guía para el conductor de vehículos que se distribuía en el estado de California.
En sus primeras páginas, y en negritas, destacaba:
Manejar no es un derecho, es un privilegio.
Adhiero, ganemosnoslo.
Y desde el estribo, propongo evitar el insulto que nos brota, ora conductores, ora viandantes.
Hay un método que me enseño un maestro de la vida, Don Emilio Mercado: lanzar el epíteto, gesticulando con la boca, pero apagando el sonido. Interesante.
Por último bajemos el volumen de la radio, pasacasete, reproductor de CD y evitemos el uso del claxon.
That's all folks!