lunes, 22 de febrero de 2010

Animo, autoinfluencia y sentido

Cuando no nos sentimos de buen ánimo o humor podemos instalarnos en una queja constante o una especie de morbo, pero también tenemos alternativas positivas. En primer lugar debemos comprender que el ánimo es oscilante y muchos de esos estados son transitorios y con un poco de paciencia quedarán atrás. Existen también muchas maneras de autoinfluirnos para sentirnos mejor, sobre todo regulando mejor los estímulos a los que nos exponemos (bajar los negativos y aumentar los positivos). Puede suceder también que esos estados sean un poco más estables o intensos. En ese caso deberíamos preguntarnos en forma simple qué puede estar produciéndolos. Las alternativas van desde causas médicas o psiquicas que requerirán atención especializada hasta las más comunes, como el tema del descanso, la alimentación, el "estrés" (ojo con el exceso de uso de esa palabra)o problemas a resolver. Es más problemático cuando más allá de intentar sentrinos bien con el ejercicio mencionado de la autoinfluencia, las causas persisten y/o son de difícil solución. A veces es necesario asumirlas y hasta sufrirlas, conservando, en lo posible, el optimismo en que afrontándolas podremos encontrar nuevos caminos y nuevas posibilidades tal vez no tan costosas como imaginábamos. Entonces, aunque cueste, podremos ver un poco más allá de lo evidente y descubrir el sentido profundo de nuestras emociones, que no controlamos pero tampoco son casuales. En definitiva, desde lo más simple a lo más complejo y a lo clínico, podemos, si nos animamos, ir un poco más allá, para recuperar el optimismo y la esperanza que se encuentran en el sentido.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

En mi caso particular que pase hace rato los 40, el tema del animo es variable mucho por cambios hormonales (dicho por mi medico), y otro poco surgen de la nada angustias por temas muy viejos no resueltos(dicho por una psicologa que tuve).
El mal animo no aparece porque si, a eso me referia.
Ahora, la queja constante hace que el que la padece se quede solo como un hongo, no se soporta el que a todo le ve el lado malo, y el mundo esta contra el, sin siquiera mirarse un poco a ver que esta tan mal en el que no ve.
A menudo, suelo irme para adentro y analizo que me pasa cuando no estoy bien con alguien o con algo, siempre trato de buscar en mi que aspecto propio esta tocando esa molestia, a veces sale y a veces no.
A veces tuve que buscar ayuda.
Pero les aseguro que en mi caso con la edad estos estados de animo empeoraron.
La fe en Dios me ayuda a tener esperanza, la familia que forme me ayuda a ver las bendiciones que tengo y la filosofia Oriental (el Yoga) me ayudo a observarme mucho y relacionar lo que me da mal animo con un aspecto mio que no asumo o me molesta.
Y a veces simplemente acepto que estoy hormonal.
Tere T de Villar

Juan Manuel Bulacio dijo...

Tere, ya pasaste los 40? Debe ser apenitas! Sólo una cosa: ojo con eso de "lo no resuelto", muletilla de muchos psicólogos que sólo nos complica innecesariamente la vida. Sobre esto sí que hablaré próximamente! Un beso.

Rocío dijo...

Creo que hay muchas situaciones en las que uno, simplemente puede hacer un cambio de visión y orientarse hacia un punto más optimistá y aprender a mirar más allá. También existen situaciones que por su formato (que muchas veces no dependen de uno solo) son sencillamente más complejas, pero en estos casos incluso uno suele teñir con el mismo tinte a todo un gran conjunto de situaciones (el clásico: ver todo negro) y en este sentido es cuando se hace más importante saber depurar esa maraña que se va formando. Si uno lograra esto, se podría dar cuenta de una gran cantidad de pequeñas cosas que nos pueden hacer felíz y que están a nuestra disposición, aunque solemos pasarlas por alto, como tomar un café con un buen amigo, salir, dar una vueltita y tomar mate por ahí, etc.
Me parece que es importante mantener una postura optimista, más tranquila, saber delimitar bien el problema en sí y mirar las cosas buenas que a todos seguramente nos rodean, porque además esas mismas cosas que nos hacen felíz van a ir, con el tiempo, modificando nuetro humor y nuestro ánimo.
Todos tenemos estos momentos y nadie queda afuera, pero habría que hacer un esfuerzo, si es que no sale natural por cambiar el curso de esa mirada más obscura y así poco a poco nos vamos a ir acostumbrando a mirar aquellas cosas más lindas y dejar un poco que todo tome un cause determinado para luego reevaluar la situación.
Todo puede tomar un camino que no hubiéramos imaginado y no por eso ser algo nefasto, incluso puede acarrear mucha felicidad, pero no deberíamos para eso censurar esa chance de antemano con angustias desmedidas y pensamientos catastróficos.

Verito dijo...

Si me pongo a pensar en las cosas concretas que me ponen contenta día a día, resulta que son tan simples que casi parecen tontas: cocinar rico y comer charlando amenamente en familia, ver una buena película, leer un lindo libro, tener un buen día de trabajo -productivo y entretenido... en fin, creo que para estar razonablemente bien hay que cuidar de tener ese tipo de "cositas" cerca, todo lo demás (las grandes felicidades y las grandes tragedias) se manejan desde otro lugar, pero el buen ánimo para afrontar el día creo que está, como bien decís, en cuidar el pájaro en mano más que el cien volando. Cariños.

Anónimo dijo...

De los malos momentos y del mal ánimo también se aprende, y también son necesarios para crecer, el problema es cuando los incorporamos tanto a nosotros, que se instalan para siempre.
No siempre sabemos o podemos reconocer que necesitamos ayuda frente a la adversidad, ya sea ayuda de un familiar, de un amigo, o de un profesional, y hasta a veces tampoco saben como ayudarnos, como llegar a nuestro interior porque es ahí donde está la verdadera solución. Debemos mirar bien adentro para primero reconocer que tenemos un problema, dejarnos ayudar, poner en práctica esa ayuda; y seguro nuestro ánimo cambiará, aunque sea, porque nos dimos cuenta que hay un montón de buenas personas que están dispuestos a ayudarnos y sólo por eso debemos considerarnos felices.
Un abrazo
Ana Maria M.

Juan Manuel Bulacio dijo...

Sí Rocío, tenemos que aprender a disfrutar de las cosas buenas que nos rodean, que a veces, como también dice Verito, son bien simples. Es cuestión de ir viviendo y conectándonos con lo actual, sin dejar que las anticipaciones (de eso se trata la ansiedad) nos lleven la vista más lejos y a lugares sólo supuestos. También es posible como dice Ana María M. aprender de todos los momentos, saber leerlos y saber dónde buscar ayuda de ser necesario, empezando por el propio interior que a veces tiene más para decirnos que lo que creemos. Besos. JM

Gabriel Zanotti dijo...

También es cuestión de asumir positivamente el propio pasado........... Tomarlo como una experiencia de aprendizaje y proyectarlo hacia un futuro mejor.

GZ

Anónimo dijo...

La vida es un sube y baja, para todos y no es malo que así sea, si en las buenas y en las no tanto, podemos estar atentos.
En las caídas podemos ayudarnos con un JM ,con una amiga y siempre, con la fe en Dios, en el corazón.
Hace muchos años, después de un accidente muy fuerte, caí en una depresión, que me tiró un año y medio a estar en cama, sólo dormía
y al despertar mi estómago me torturaba.
Por supuesto que estaba controlada, era la Dra de de Larreta, quien me atendía y estaba ahí, fuera la hora y el día que fuera, siempre atendía el teléfono. Para entonces vivía en el campo y sola, no fue fácil. Esa inmensidad y la responsabilidad que me cabía, de llevar adelante ese mastodonte, complicaba aún más mi estado.
Hasta que uno de esos días, que la llamo, la Dra. había muerto imprevistamente.
Saben que hice, al día siguiente, compré una araucaria y la planté en su nombre y para su recuerdo. Me autoinfluencié.
Pero siempre lo cuento, que fue rezar el Rosario, dos veces por día, depende la hora que me despertara , lo que me sacó adelante, además de mi querida Larreta, para quien no tengo más que palabras de infinito agradecimiento.
Aprendí mucho en el sufrimiento.
Aprender a aceptar, es el camino para mejorar el ánimo.
Nunca volví a ése horrible estado, pero estoy alerta siempre, para no volver a caer.
Como Verito, encuentro en las cosa muy simples, una enorme felicidad.
También mirar el pasado buscando las buenísimas cosas que hubo, ayuda y mucho.
Ya hoy, con veinte años más, sé, que es la vida que camina en uno y que tiene momentos hormonales, momentos trágicos y muchos de felicidad; que pueden venir otros que no conozco, y espero que sean "mansos", tanto en suba como en baja.
Y que no le voy a aflojar a la Fe, para que así sean.

Ana María Paz

Anónimo dijo...

Asumir el pasado positivamente es un gran ideal Sr Zanotti, pero no es facil lograrlo. Se que a esta edad somos responsables de hacerlo, pero hay cosas que escapan a nuestra capacidad de recuerdos y a veces son tan fuertes que la mente se defiende con el olvido y resugen con situaciones que nos las representan y de ahi salen los estados de angustia que no nos explicamos (guieme Dr. si estoy en lo cierto)
Coincido con Ana Maria en que a la distacia se aprende del sufrimiento,y que en momentos como los que paso Ana hay que saber buscar ayuda.
Y digo saber porque en un estado de deprecion no siempre se esta lucido para hacerlo.
La oracion en mi caso, es la que me ayuda a salir de los malos animos, y el no aflojar nunca, la vida es esto, por eso existen los JM y psicologos a los cuales hay que acudir, si la vida fuese una ecuacion perfecta estas personas tendrian que dedicarse a otra cosa.
Tere T. de Villar

Gabriel Zanotti dijo...

"...hay cosas que escapan a nuestra capacidad de recuerdos y a veces son tan fuertes que la mente se defiende con el olvido y resugen con situaciones que nos las representan y de ahi salen los estados de angustia que no nos explicamos".

Para eso está el psicoanálisis bien entendido y practicado...

GZ

Anónimo dijo...

Coincido ya que nombro este tema anteriormente
TT de Villar