Poco que agregar al título y al posteo anterior. Si nos respetásemos más y si cumpliéramos mejor las normas de convivencia, tal vez la sociedad tendría bases más sólidas. En las esquinas cuando giran, rara vez los automovilistas dan prioridad al peatón. Simplemente lo ignoran. Cuando bajan y se transforman en peatones, tal vez protesten o acepten con resignación. ¿Es razonable que las posiciones cambien tanto según lo que más nos conviene? Sin embargo es lo que vemos frecuentemente en diferentes ámbitos compartidos. De coherencia y respeto ni hablar. Todos somos peatones, muchos somos conductores. ¿Y si hacemos algo diferente?
¿Es utópico esperar cambiar está pésima costumbre? No me resigno. ¿Y ustedes?
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7 comentarios:
Bueno, debo reconocer que en general soy buena peatona (sobre todo con mi hija, cuando ella usaba el cochecito de bebés, me acostumbré a esperar en los semáforos, ceder el paso, etc.) Y como no me gusta manejar, me dedico buenamente a respetar a los automovilistas no arrojándome como carne de cañón frente a sus fauces.
Tal vez podría mejorar en mucho mi actitud en el subte, eso sí. En general, cuando uso ese servicio no estoy con mi hija sino corriendo de un lado a otro de la ciudad por trabajo, y tiendo a olvidarme hasta de que soy un ser humano con ciertas consideraciones al prójimo. Reconozco que me abalanzo sobre la puerta para entrar al vagón como si fuera una bola ejectada en un partido de bolos. En fin, la consigna es respetar al otro, y cada cual sabe dónde tiene que poner una ficha más para que el juego sea más amable para todos.
Muy buena la propuesta. Cariños.
Cabe aclarar, sino se está victimizando al peatón y condenando a los conductores y no es así, no siempre los peatones cruzan por las esquinas (sendas peatonales) con el semáforo que los habilitó a tal efecto, no, no, muy por el contrario cruzan por cualquier lado, no respetan el semáforo, desafian y agreden al automovilista, y no sólo los peatones, los ciclistas, los cartoneros (capítulo aparte) se creen dueños y señores de la calle caminan por el medio de la calle con esos carros repletos de cosas, tranquilos mientras toda la fila de automoviles van atrás como si fuese una procesión a la "virgen del cartón".
Estoy varias horas arriba del auto, y lo padezco diariamente.
No hay ningún sector de la sociedad que sea víctima ni ninguno victimario.
Hay leyes que cumplir cuando uno es peatón, y leyes cuando es automovilista, y lo bueno es que cada uno respete las que le tocan en el momento adecuado. Si soy peatón y cruzo por las esquinas como corresponde, seguramente cuando sea automovilista voy a ceder el paso al peatón. Es muy dificil concientizar a los argentinos a que respeten las leyes, tal vez multando, porque a los argentinos cuando nos tocan el bolsillo entendemos más rápido las cosas. Jajaja
Lo que digo lo digo bien, de onda.
Un abrazo a todos.
Ana Maria M.
Sí, Ana María M., los peatones tienen lo suyo también. Es que todos somos peatones! También aunque vayamos al volante. Es sólo una consigna para concientizar, ya que por algo hay que empezar. Un beso y gracias! JM
Muy bueno Verito que respetes a los automovilistas! No es tan frecuente como parece como bien dice Ana María.
Una sociedad que no se funda en el respeto mutuo está en el horno! Un beso y gracias por estar siempre!
Hola ! nuevamente por aca.
Esto de ser peaton y conductora me lleva diariamente al ejercicio de:
-Observarme todo el tiempo .
-reconocer si cometi un error (sobretodo si me gritan "anda a lavar los platos)
-el respeto al otro, tanto al peaton como al conductor.
-y ejercitar la paciencia (lo que mas me cuesta en todos los ambitos de mi vida).
Ojala todos podamos tomarnos esto como otra gran oportunidad de ser mejores personas.
Un beso y estoy feliz de volver
Teresita T de Villar
Qué bueno encontrarte nuevamente por acá Tere!
Un beso grande. JM
Muy de acuerdo con Tere sobre ejercitar la paciencia. Cuántas veces esperamos en las esquinas (debajo del cordón de la vereda porque estamos apurados) y los automovilistas hacen magia para no pisarnos cuando doblan. Amén de enseñarle a nuestros hijos a cruzar mal por las esquinas.
Cariños a todos. Silvina.
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