jueves, 17 de marzo de 2011

Humanidad elegida

El ser humano se acostumbra a todo. Biológicamente es indispensable para lograr la adaptación y la supervivencia, pero en un medio cultural, puede ser un problema o un déficit. El acostumbramiento y la pérdida de los contrastes lleva a una escasa valoración de que se tiene, se vive y se es. Dramáticas experiencias, como la de Japón, nos devuelven una apreciación más justa de muchos aspectos de la vida. Pero también generan acostumbramiento, de tal modo que el impacto original disminuye, a veces bajo la forma de un seguimiento del tema entre morboso y juguetón. Por ejemplo, en Libia la gente sigue muriendo, en Japón las consecuencias de la catástrofe son tremendas y el riesgo nuclear es altísimo, en Argentina sigue la desnutrición infantil, etc. Noticias que suben y bajan su carga según si aparece algo "más interesante". Extraños seres somos, tan animales como cualquier otro y tan formadores de cultura a la vez. Pero lo que tal vez más nos distinga sea la capacidad de elegir, al menos en algún grado, cómo queremos vivir. Esta libertad asumida o regalada bajo las formas de la comodidad deriva en la selección de nuestros estímulos y en nuestros compromisos de acción. En esas "simples" cosas jugamos nuestra humanidad. O la asumimos como tal, pese a todas sus contradicciones y miserias o la diluímos en la mediocridad de nuestro cuerpo animal, débil y mortal.

3 comentarios:

Quique Figueroa dijo...

Diría que somos extraños e incomprensibles seres. Y muchas veces nos olvidamos de elegir como (cazzo) queremos vivir. Esencialmente, cuando dejamos que las situaciones nos desborden y no medimos consecuencias. Allí no vivimos, sobrevivimos (como podemos), y no elegimos.
Elegir exige una actitud concreta de reflexionar serenamente, para luego optar sabiamente.
Y esto va desde la elección de la leche que llevaremos en el carrito del super, hasta saber y quere el tipo de vida que queremos llevar, sin hundirse en el intento.
Hay quienes llegan a destino, y muchos Robinson Crusoe en el camino.

ana maria paz dijo...

Esta mañana, al leer en los diarios sólo noticiias de Japón, pensé que Libia ya no era noticia.Cada día amanecemos con torturas ´psíquicas diferntes, locales y extranjeras.
Como que sólo el mal anda suelto por el planeta. Estoy segura que pasam miles de cosas buenas que no tienen primera tapa de diarios.
Mezcla de negocio morboso y miseria humana, es lo único que se destaca en los periódicos.
Podemos elegir... a pesar de.
Está en nosotros.
AMP

Verónica Molina dijo...

Increíblemente, hoy abrí este blog y antes de leer nada, sospeché que se venía un post "así" del Doc... ¡pero qué intuición! Nunca tengo una corazonada sobre los números que van a salir en la Lotería, por ejemplo (por eso NO JUEGO a la lotería, claramente), pero empiezo a tener "flashes" sobre los contenidos de los blogs amigos (el mérito de que sepan sostener su humanidad elegida es evidente, entonces).

Y sí, me parece muy válido el sentido del post. Es que son tantos los estímulos ante los que reaccionamos casi instintivamente, que es muy difícil poder elegirlos y sostener esas elecciones, sobre todo a la hora de comunicar(nos). Qué complejo es mantener el equilibrio entre la coherencia con la que sostenemos nuestra "humanidad elegida", y el permiso que nos damos para permanecer curiosos ante todo lo otro que nos ofrece el mundo, flexibles y con el sentido del humor despierto para alivianar las penas (o las pestañas chamuscadas) cuando esa exposición nos duela... o no nos convenza del todo. Es un aprendizaje permanente (yo, en este sentido, me declaro una principiante todavía).

Pero usted no pierda la esperanza, Doc, supongo que iremos acertándole al blanco... por aproximaciones sucesivas. ;)