domingo, 13 de marzo de 2011

Optimismo y/o esperanza

La nota anterior y sus comentarios parecen dejar poco margen para el optimismo. Resulta fácil en general adoptar una postura pesimista cuando las evidencias parecen tan claras. Por otro lado, un optimismo vacío parece más un engaño que otra cosa. Cuando la decadencia se generaliza, un círculo vicioso parece abatir a toda la sociedad, que pasa de la indignación a la pasividad, resignación y peor aún, al acostumbramiento. Por eso, los críticos adoptan las posturas de sus antiguos criticados apenas tienen la oportunidad de hacerlo. El círculo maligno los alcanza pese a los justificativos de turno. Tal vez, la idea de la construcción colectiva puede generar algo diferente, comenzando por la educación, a la escala que sea posible. Pero en un nivel social más generalizado no alcanza para lograr el optimismo. Tal vez, la palabra adecuada para repuntar el ánimo y las expectativas, sea la esperanza. Que brota del interior e ilumina las noches más oscuras. La esperanza y sus razones pueden transformarse en compromiso de acción y en planes realistas que permitan el optimismo. Generar círculos virtuosos interiores y sociales que reemplacen el atractivo mórbido del pesimismo solo puede hacerse desde la fuerza y convicción interior que surgen del silencio, la reflexión y la esperanza.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Mantener el espíritu alto, en estos días de tanta desolación a nivel mundial e incertidumbre en el plano local, parece una utopía.
Aún así, hay que poner esa cuota de voluntad para ver el otro lado de las cosas, siempre hay contrapartida en todo.
Hace mucho tiempo que estoy lejos de Buenos Aires, con idas esporádicas, pero es llegar al puerto y recibir una agresión injustificada.
Se percibe en Argentina un malhumor generalizado y creo que como están ahí, sin ver otras ciudades más benévolas en el trato, la gente se contagia mal.
Me dirán que no todos pueden tener suerte de estar en otros lados, es cierto. Pero no debe ser la limitante para la reflexión.
Conozco personas que nunca salieron de su lugar natal, por cierto carente de tantas cosas que nosotros tenemos ahí, a la vuelta de la esquina, pero hay paz en ellos y viven en Argentina, con una TV, que los bombardea el día entero, y con las mismas inquietudes criollas, pero noté que se dan su tiempo para analizar , para reflexionar.
Y no se trata de ser un irreflexivo optimista, por el hecho de serlo, quienes son así eternamente sonrientes, caso de muchos conocidos...sus risas son muecas vacuas y tampoco se trata de ver siempre el lado oscuro de la luna.
Es necesario el equilibrio, como para todo en la vida. Lograrlo no es tarea fácil, pero bien vale intentarlo.
Defiendo la educación a raja tabla, es llave de los logros espirituales y sociales. Colectivos y personales.
Y si pudiérmaops ser más mansos y despojarnos del ser naiconal, que todo lo confronta porque sí, daríamos lugar a una sociedad mejor, más cálida, más sana.
Estas metas necesitan convicción sólida y constante trabajo.
No sé qué opina Ud. Doc!

Un abrazo.
AMP

Anónimo dijo...

En una sociedad corrupta no hay margen para el optimismo.Si la esperanza "es interior" entonces quiero suscribirme. ¿Dónde se encuentra? Saludos
Marcos P

Anónimo dijo...

En tu corazón Marcos.
AMP

Quique Figueroa dijo...

Permitame disentir Dottore, no veo exigüidad en los márgenes de su bitácora para el optimismo.
Y me pregunto, ¿la decadencia se generaliza, o se machaca a fuerza de repetir idénticas noticias en diarios, radios y televisión?
Hagamos la prueba de ver canales de otros puntos del planeta (BBC, tve, o swissinfo)para informarnos y ver cómo anda el (amigo) mundo.
Sugiero esto, y también rodearse de gente luminosa, saber donde uno debe abrevar no solo para informarse, sino también para nutrirse il cuore, el cerebro y el alma.
Solos no podemos, precisamente por ser animales sociales.
Aprovechemos este tiempo tan rico, como es la Cuaresma, para resistir a las tentaciones, que vienen en tan variadas formas, y renacer.
Porque hay infinidad de luces, y de Pascuas.
Tal como dice un filo-amigo: las Pascuas cotidianas, las luchas nuestras de cada día.

Verónica Molina dijo...

Me acuerdo de mi abuela, que nos mandaba a rezar a todos... pero ella no iba a la iglesia porque "qué culpa tengo de no tener fe" (sic). Increíble.

Creo que hay gente que tiene esperanza y que siempre va a encontrar "en su interior", como bien decís, la forma de levantar la cabeza y seguir adelante. Esa gente, además, en un radio de influencia de un metro a la redonda, a lo mejor... pero va a tratar de que su espacio sea un pelín mejor y más amable. Por otro lado, yo creo que hay otras personas a la que les cuesta muchísimo mantener la esperanza, y necesita poner un pie en ese metro cuadrado que otro puede generar. No hay vencedores ni vencidos, todos vivimos del subsidio cruzado en este asunto: como bien dicen por aquí, estas son cuestiones que se construyen socialmente.

Besos a tutti cuanti.

analia Ferace dijo...

Bueno comparto totalmente el pensamiento de nuestro amigo, esperanza deriva de esperar que para mi es calmarnos un poquito y creer, siempre después de las grandes crisis, solemos surgir como el Ave Fenix!!! yo seguiré teniendo esperanza!!! Hay más gente de la que pensamos trabajando para que todo se revierta, confiemos y aportemos!!!