lunes, 23 de febrero de 2009

¿Diálogo?

Si bien el diálogo es importante en si mismo, debe tener como objetivo un logro concreto. Este puede ser desde un mayor conocimiento y comprensión del otro hasta acordar una posición y/o conducta común. Cualquier vínculo humano exige diálogo. En política es casi inherente a su naturaleza. Lamentablemente parece casi imposible lograr un diálogo sincero y fecundo, al menos en público, entre nuestros dirigentes políticos. La expectativa que generan encuentros que debieran ser casi rutinarios sorprende. Las actitudes previas también. El nivel de hipocresía que se percibe detrás de los vacíos llamados al diálogo arrojan pesimismo y amargura. Pero no caer en críticas comunes y también vacías nos implica preguntarnos sí estamos nosotros capacitados para ejercer el diálogo en forma sostenida y limpia. ¿Lo hacemos con los adolescentes o los ancianos, por ejemplo? Más aún, ¿estamos dispuestos a escuchar a quiénes piensan distinto antes de dar respuestas categóricas y descalificadoras? ¿Escuchamos a nuestros amigos, vecinos, colegas, o simplemente queremos ser nosotros los escuchados? El diálogo comienza por el respeto y continúa por la decisión de escuchar, no de hablar. Sobre estas simples bases es posible que sea fecundo. Si no, sería una mera farsa, un simulacro. En todos los niveles entonces debemos estimular el diálogo verdadero, su falta lleva a la imposición de la ley del más fuerte, donde en realidad, todos pierden.

2 comentarios:

Quique Figueroa dijo...

No todo diálogo incluye acuerdos, pero el quid es lograr que sea una "conversación" entre dos (o más) personas que se intercambian el turno de palabra.

Cuando ninguno de los interlocutores se escucha, estamos frente a un diálogo de sordos.
Ejemplo:
- Porque yo tengo razón.
Respuesta posible en una acalorada reunión de consorcio:
- ¿Qué me dice? Pero, si Vd. no sabe nada. Por favor! bostero tenía que ser ..
Entre cónyuges:
- ¡Qué vas a tener razón vos! Estás cada día mas parecida a tu madre ..

Y los modelos que vemos en TV, u oímos en radio, no distan mucho de esto (en la mayoría de las emisoras), y nosotros cual seres permeables, somos inexorablemente influenciados.

Reflexionar, pensar antes de actuar, medir nuestras palabras, darle crédito al otro.
Sea en casa, en el laburo, en el colectivo, en la calle (ahora que Pueyrredón es doble mano ..)
Una actitud zen en plena Cuaresma.

¿Se puede?
Bien sûre!

Unknown dijo...

Es impresionante, como nos escuchamos tan poco, sordos como diría quique.-
Hoy estuve un rato largo en fastboock y prácticamente no encontré sino propaganda de diverso tipo, y muletillas imposibles de comprender para mi pobre cabeza achicharrada de día viernes.-
Me gusta eso del diálogo en cuaresma, casi diría que es un paso previo a todo, porque si ni siquiera sé con quién hablo, ni en mi casa, ni en el laburo, solipsista.-
Solos, y de eso al infierno un paso.-
O al revés, del silencio interior al encuentro de los demás.-
Chesterton decía que la aventura en las ciudades consistía en animarse a conocer la vida de los demás, que era realmente interesantísimo convivir con tanta experiencia y animarse a descubrirla.-
Hoy el lugar de encuentro-desencuentro es internet. Espectacular para realmente ubicar muchos amigos medio perdidos, terrible cuando todo se reduce a jeringonza (o como se diga)