lunes, 2 de marzo de 2009

Diálogo con adolescentes

Continuando el tema del diálogo, les trascribo una breve carta de lectores del diario La Nación de hoy:
"Los adolescentes necesitan límites, pero también necesitan que los adultos comprendan su mundo. De poco sirven monólogos moralistas. Es preferible conectarse mejor con ellos, escucharlos, compartir. Sobre esa base el diálogo y los límites serán naturales. En general, los adultos no les damos buenos ejemplos. Ellos nos ven y nuestras palabras, si no son coherentes con nuestros actos, pasan a ser vacías. Una sociedad mejor empieza por cada uno." Juan Manuel Bulacio

Esta nota fue en respuesta a una carta anterior y varios comentarios en los que se insistía en la importancia de educar a los adolescentes, hablarles del pasado como ejemplo y otros conceptos que si bien tienen cierta validez caen en el lugar común y la recomendación vacía.
No nos vamos a cansar de manifestar que para que el diálogo sea real y fructífero primero deben crearse las condiciones para ello. Desde una tarima poco lograremos con los jóvenes.
En los próximos días ampliaremos y ejemplificaremos algunas de estas ideas. Están invitados al debate.

4 comentarios:

Juan Manuel Bulacio dijo...

¿Cuáles son las condiciones para el diálogo con el adolescente? Crear un clima adecuado para ello. ¿Cómo se logra? Entre otras cosas, compartiendo tiempo y actividades que sean de interés mutuo, como un partido de fútbol, un juego en la compu o sucedáneo, una salida de compras (tarea habitualmente delegada a la madre) o lo que sea. Desde la empatía que se genera es más fácil que las palabras salgan en forma natural y así podamos comprender mejor el mundo de los jóvenes, sin juzgarlo excesivamente desde lugares comunes como el pasado o descalificarlo de algún modo. Ya habrá tiempo para que nuestra voz sea escuchada. Avanzaremos en algunas ideas acerca de cómo lograrlo en las próximas entregas.

oikos-pobierzym dijo...

Estoy de acuerdo con que, en general, los adultos no damos buenos ejemplos cuando predicamos algo y luego hacemos otra cosa. En parte nuestra sociedad nos conduce a vivir en un ritmo vertiginoso donde es preciso tener respuestas para todo...

Los adolescentes necesitan límites (y eso mediante nuestro ejemplo vivido) y también requieren de nuestro aliento y nuestra motivación para poder encontrar la forma de su autorrealización personal.

El camino del "conocimiento de uno mismo" no es fácil y requiere de ciertas condiciones previas como la buena alimentación, la higiene, la armonía del hogar, el coherente lenguaje gestual por parte de los padres, etc.

A su vez es menester reconocer que la persona que está en crecimiento posee un vigor y una imaginación que en general es muy superior a la nuestra. En este sentido, no solamente son necesarios señalar los límites y alentar a los adolescentes a la aventura del auto-descubrimiento, sino que también es menester saber abrirse a sus gustos, sus inquietudes y sus críticas a nuestro propio mundo.

En mi caso, sin dejar de ser padre (y por ende, teniendo la responsabilidad de la crianza y enseñanza), muchas veces aprendo cosas de mis hijos y me admiro de sus capacidades.

Para terminar, recuerdo una frase de Juan Pablo II. Era un dicho polaco que decía algo así: "Si quieres mantenerte joven relacionate con los jóvenes".

Muy bueno el blog!

Ricardo Pobierzym

Juan Manuel Bulacio dijo...

Muchas gracias Ricardo por tu comentario! Es todo un lujo que te hagas presente por aquí.
He visto que tenés en preparación tu blog. No dejes de avisar cuando esté listo. Un abrazo. JM

oikos-pobierzym dijo...

Gracias Juan Manuel!

Te mantendré al tanto cuando arme el blog.

Un abrazo

R.P.