El tiempo de preparación previo a la Navidad, litúrgicamente se llama Adviento, que quiere decir "espera". El mes de diciembre es vivido realmente como tal, aunque lo principal no parece ser el nacimiento de Jesús sino una gran cantidad de sustitutos culturales que de a poco van ocultando lo central. Hoy, 25 de Diciembre a la noche, ya pasó la primera de las "fiestas" y probablemente muchos estén agradecidos de quedarse un rato en tranquilidad. Es que el esfuerzo de la preparación de lo accesorio suele cansarnos y ocultarnos a los ojos lo esencial. Como en tantas otras cosas. La espera entusiasta, sin una adecuada reflexión, deja lugar a un corto momento ¿ y luego a qué?
¿Podremos alguna vez aprender a ser más sencillos? ¿Para qué necesitamos complicarnos tanto con regalos, comidas hipercalóricas y esforzadas, sedes de "encuentros" y tantas cosas más? Es invertir gran cantidad de energía en algo que dejará poco. ¿Y si lo hacemos al revés e invertimos menos en algo que nos deje más? La espera debe dejar su espacio a un tiempo distinto, no solo a un momento celebrado con alcohol. En la liturgia todo ese tiempo posterior se llama "Tiempo de Navidad". Se siga o no el calendario litúrgico y al margen de cuánto se practique la religión, nuestras vidas deberían dar lugar a tiempos diferentes que nos acompañen en nuestro crecimiento y maduración. Ojalá este tiempo que comienza hoy, además de celebrarlo, nos deje algo más de profundidad, comprensión y sentido. Feliz Navidad. JMB
HACIA UNA COMUNIÓN INVISIBLE DE CATÓLICOS PERPLEJOS
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