martes, 8 de diciembre de 2009

Es posible

¿Cuál es la relación entre el hombre, como individuo, y la sociedad en su conjunto?
Sabemos que son mutuamente influyentes, aunque las fuerzas sean dispares. Es difícil que un hombre aislado pueda modificar mucho su entorno. A su vez, éste forma parte fundamental en el moldeado de cada ser humano. Entre ambos, la familia filtra en ambas direcciones. Otras sociedades intermedias se encuentran entre sociedad e individuo. Si bien son fuertemente influìdas por el entorno, con sus valores y reglas, pueden retroalimentar con más fuerza la sociedad y, sobre todo, ayudar a promover y reforzar las reglas y valores de sus miembros.
Las sociedades intermedias pueden ser de variada estructura y finalidad pero ayudan al ser humano a ser más fuerte a la hora de decidir su forma de vida.
Nucleada en el deporte, en una comunidad educativa o religiosa o en lo que sea, las sociedades intermedias tienen un enorme valor, frecuentemente olvidada en la dicotomìa ser humano/sociedad. Es probable que la mayoría de los lectores participen en alguna de ellas. Y allí, en forma individual y, sobre todo, conjunta, la influencia sobre nuestras vidas es significativa. Actitudes comprometidas y basadas en el juicio crítico y en los valores como la honestidad, el perdón, el diálogo, el respeto, la alegría, la camaradería y tantos otros pueden hacer la diferencia entre replicar los modelos socioculturales que rechazamos o crear una cultura más coherente para nuestro medio más próximo y que pueda también irradiarse hacia cada persona y hacia la sociedad en su conjunto. Y es posible. JMB

7 comentarios:

alejandro dijo...

QUERIDO JUANO:
Estoy decepcionado de la sociedad y de los miembros que la integran. Las sociedades intermedias también están apestadas por la inmoralidad, la falta de solidaridad, el odio y muchas de las miserias humanas que minuto a minuto vemos durante el día. Estoy muy triste con un hecho que me sucedió hoy en el club del cual soy socio y además trabajo.
Estaba trabajando a las 9 hs de la mañana dando una clase. Era un día raro, feriado pero en el medio de la semana. En general por reglamento los profesores no podemos dar clases los días feriados salvo en determinada cancha, que no estaba disponible tampoco para dar clases hoy, Igualmente yo tenía que dar esa clase y luego otra a las cinco de la tarde. Faltaban diez minutos para terminar y cuatro mujeres se acercaron de mala manera a pedir la camcha y la persona que estaba jugando conmigo les contesto que faltaban 15 minutos y que esperaran y que se dejaran de molestar. Pero no había forma de calmar a estos supuestos seres humanos. De pronto me dirigí hacia una de ellas que conoció a mi padre, me vio nacer y le dije sino podía dejarme jugar diez minutos más para terminar la clase. Agregué que me parecía increíble que estuviera haciendo este reclamo una persona de bien y que conocía hace más de 40 años junto a las otras tres que también conozco hace por lo menos treinta años. Una de estas supuestas seres humanas como diría la presidenta, me contestó Qué iba a hacer ella diez minutos mirándome a mi?
Una típica argentina, una argentina de M.
Entonces le respondí que era una grosera. He evolucionado ya que en otro momento y vos me conocés bien, la hubiese mandado a la p m que la p.
Esta vez no fue así. Consiguieron otra cancha y se fueron. Luego indagué los reglamentos del club para los profesores de tenis y nada dicen acerca de que los días feriados los profesores no pueden dar clases. Por lo que yo no estaba en infracción. Entonces imprimí un par de copias y cuando salieron estas supuestas seres humanas del court luego de tres horas de jugar, no fijándose si alguien quería entrar a jugar un poco les obsequié las fotocopias para que leyeran el reglamento. Es obvio que el reglamento estaba mal hecho y me favorecía a mi, pero lo que resalto de este hecho es la falta de solidaridad en gente que uno conoce desde hace décadas, la falta de comprensión, el egoísmo exacerbado, el resentimiento por motivos infantiles, todo esto me lleva a pensar que esta sociedad no tiene arreglo alguno querido Juano. Esto que ocurrió hoy sucedió en una sociedad intermedia que está podrida como lo está el país, como lo está la mayoría de una sociedad, una sociedad que no es distinta a los políticos que gobiernan este país degradado. Aspiro a que mi hija se vaya a estudiar a otro país, si yo pudiera me iria, cada día soporto menos esta clase de gente ordinaria que desgraciadamente es la mayoría de este país, envuelto en cenizas, gobernado, juzgado, legislado y dirigido por mediocres, corruptos, resentidos, incultos y en su gran mayoría ignorante.
Abrazo Juano.
EN.

Rocío dijo...

Alejandro, difícil, desmoralizadora y triste experiencia, pero aún así, creo que todavía hay mucha gente buena, con ganas de luchar, con ganas de ayudar y pelear por un bien común y mejorar nuetra vida en sociedad. El punto es que esas personas que luchan no bajen finalmetne también sus brazos, porque sino ya no nos queda nada. Yo no sé bien cómo hay que hacer, pero sé que no debe ganar el cansancio y seguir, a pesar de ir siempre cuesta arriba con una gran muchila. En algún momento y con esfuerzo y unidos, las cosas deben tomar un cauce que nos beneficie a todos con igualdad.
Fé muchachos, es difícil y perdón por mi optimismo, pero me niego a dejarlo.

alejandro dijo...

Gracias Rocío. Soy muy temperamental, siempre he luchado y seguiré haciéndolo pero veo que este tipo de gente se multiplica en nuestro país y seguramente en el mundo. Ocurre que como vivimos aqui no me interesa si en otro país hay la misma gente o es igual como dicen muchos conformistas. Sin duda este país no cambiará hasta que la educación vuelva a lo que era a principios del siglo XX y finales del XIX combinada también con un aprendisaje de lo que debe ser un buen ciudadano, un buen socio, un buen compañero de facultad, un buen compañero de trabajo, mientras no aprendamos a convivir y a vivir en armonía, bajo el imperio de las leyes y de que el egoísmo no lleva a nada, seguiremos en esta mediocridad reinante. Estas mujeres de hoy son profesionales con estudios universitarios por lo visto la universidad no les enseñó a ser buenos ciudadanos, buenas personas ni tolerantes-
Saludos,
EN

Anónimo dijo...

Entiendo a Alejandro, le busco la vuelta, con la mejor buena voluntad, tratando de mantener la esperanza, pero confieso estar, con un sube y baja emocional, respecto de la sociedad, de la gente,de las instituciones.
Sè que hay miles o millones de personas buenas, pero no bastan para revertir tanto desastre.
Estoy atravesando una circunstancia especial, donde se mezcla el dinero con lo humano, como lo priorizo, me dicen tonta...por no decirme blda!
El dinero es importante, lo sè, pero no de la manera en que se lo vive hoy y desde hace mucho, dejando de lado valores escenciales, no sirve, arruina, corroe.
Esto hace que me sienta sola y tan diferente, que muchas veces callo, porque no entenderìan de què hablo.
El dinero grande, està acà y en el mundo en las peores manos y nos ha llevado a este pozo inmoral, perverso, ordinario.
Se acuerdan la època de los `90, debìas ser un hombre de èxito y eso lo marcaba la cuenta del banco ! Madoff, el gran estafador, era uno de los ejemplos y en la Argentina, muchos lo aplaudìan y seguìan, dueños de una soberbia infinita.
No creas Alejandro, que mandar a un hijo a otro paìs a estudiar, soluciona el tema, es global.
Es como que no hay refugio.
Como Rocìo pienso que no hay que bajar los brazos,no sè si esto va a cambiar, sè que voy a insitir.

Ana Marìa Paz

Verito dijo...

Gente grosera hay en todas partes. Yo misma, Alejandro, que ahora leo esto y quiero vivir en un mundo un poquitito más amable, en el pasado no muy lejano te cuento que he insultado hasta en arameo a más de uno y por motivos de lo más insignificantes. Ahora que me doy cuenta más y mejor de las cosas -porque me doy cuenta con más frecuencia, no me volví un yogui iluminado, solamente van pasando los años y me pongo más ducha- comprendo cuando veo a alguien sacado y maleducado del otro lado que en general no es mala gente -como vos bien decías, a estas señoras las conocías de años y seguramente no son malas personas-, pero la gente a veces está mal, se pone necia sin darse cuenta. Y es la misma gente que "en sus momentos buenos" se rasga las vestiduras por las injusticias cometidas por otros, y en su fuero interno se creen más buenas que una carmelita descalza. Y tal vez lo sean. Simplemente están pasando un momento de confusión y de enojo contra el mundo. Hoy sé que un buen chiste desarma y descomprime en parte el asunto entre buena gente más mareada que jodida, o con un abrazo, o a veces incluso alcanza con decir algo que baje los decibeles. En el fondo, no son ésos los grandes baches entre unos y otros. Yo creo que estos casos que vos comentás son solucionables. Los límites infranqueables que no podemos eliminar fácilmente están en el hambre, en la exclusión, en la verdadera pobreza de todo tipo (material, espiritual, familiar) que lleva a mucha gente a vivir en la miseria en serio, y a navegar constantemente entre la depresión y la desvalorización personal. Esto que contás es solucionable con buena voluntad de ida y vuelta, y eso debería darnos esperanza.

Quique Figueroa dijo...

Saludo desde el hospicio austral.
Veo a varios de mis compañeros de hábitat, entre otros al profe de tenis y legales, y al galeno (que está mas pirucho/glamoroso que todos nos juntos). Podríamos estar en Open Door, pero allí desaparecen los doctores. Por ende, situémonos en el hospital colonia Dr. Emilio Abal Vidal.
El tema, es que los internos somos preservados de los (supuestamente) sanos. Y en esto hay varios factores que ayudan a tornar el "mundo exterior" mas irrespirable: la estupidez humana, virus que se propaga en forma rápida y espontánea, junto con la inmadurez, todas ellas hijas de la soberbia.

En fin, así es la sociedad que (des)integramos.
No tengo explicaciones, salvo el recuerdo de un cura, que decía misa en San Nicolás de Bari, el padre Quarlery, un tipo realmente fuera de lo usual. Cuando consagraba, uno no sabía si lograría levantarse luego de arrodillarse por lo endeble de su físico, y por su empeño en el rezo (pese a ser cura!).
Y en una homilía aludió a un programa de la Su, pero prefirió decir que no valía la pena malgastar el tiempo en hablar de un programa de banalidades ..
Lo dijo de un modo tan alegre y convincente, que allí me percaté como los medios nos condicionan en nuestros comportamientos, cual canes de Pavlov.
Conecto con el comentario Olmediano: estas damas ven prepotencia, como un modo de manejarse en la vida. Sea porque la TV, o los medios en general, les dicen que "eso es triunfar/ejercer el poder".
Están equivocadas (casi mas piruchas que Juano, casi).
Pero, nuestro país profundo, por doquier, habemus otros seres (y tantos otros) que pugnamos por un mundo alegre, mas feliz, distinto.

Ande el por favor, la sonrisa, el muchas gracias, y también el "está equivocado", esto no es así, pero dicho con buena leche, son nuestro léxico usual.
No seremos noticia (por eso estamos confinados, y somos una colonia), aunque quien te dice, la comunidad de "Locos por un mundo unido", saltemos a la palestra, por ser optimistas activos, sembradores de tréboles de cuatro hojas.
Hago un corte, y os invito a sintonizar este canal de música, pa' que nos acompañe y calme.
Ipse dixit, el interno austral.

Anónimo dijo...

Bienvenidos al club de los ALL BLACKS.
Qué bueno es ver todo negro!!!. Qué bueno es palpar la decepción !!!,
Qué bueno es sentir desesperanza!!!;
Qué bueno es darse cuenta que los agresivos y mal educados manejan nuestras vidas!!
Y saben porqué?
Porque a partir de ahora ya no tenemos nada que perder.
Sólo resta "arremeter" contra aquellos que nos ataquen, nos desmoralicen o nos decepcionen.
Repito...Si está todo o casi todo perdido.....
Qué más podemos perder?

Juan Penosso