domingo, 13 de diciembre de 2009

Nuestros padres.

Por los comentarios del posteo anterior me quedé pensando en nuestros padres. Con mis compadres, Quique, El Negro, Gabriel, y mis compadres-hemanos-cuñados somos todos cuarentones. Y bastante (algunos). Ninguno de nosotros disfruta de tener a su padre en este mundo. En momentos de confusión o dudas que todos tenemos, que bien nos vendrían! Con los límites de su humanidad, la palabra de ellos cobra valor por la absoluta intencionalidad positiva, por la incondicionalidad, por los valores que demostraron y por ser nuestros padres. Nadie es demasiado grande, cuarentón, cincuentón o lo que sea, para no necesitar un padre. Sin embargo, sus palabras y conductas pueden ser rescatadas de la memoria y de nuestra propia identidad. Así, perduran en nosotros y no estamos tan solos. El orgullo que nos dan, en cada pequeña cosa, nuestros hijos, seguramente podemos nosotros dárselos a ellos. Por eso, comparto una sencilla letra compuesta (en forma de zamba) cuando nació mi tercera hija y ya mi padre se había ido:

Agustina, te quiero contar
de un abuelo sin igual,
y al siempre lo verás
cuando a tu padre mires andar

Vino del Tucumán,
Hechizado por mi mamá
Con cuatro hijos se animó
con su confiado Dios proverá.

Tantas cosas enseñó!
solo viviendo se mostró.
Ni una queja le escuché,
cada cual habla según lo que es.

Para la Navidad,
en silencio meditarás.
Muy sencillo comerás
para llegar hasta la verdad.

Cuando quería festejar
bagualas solía cantar.
También sabía callar,
siempre es mejor que hablar por hablar.

Tantas cosas enseñó!
Solo viviendo se mostró.
Ni una queja le escuché,
cada cual habla según lo que es.

9 comentarios:

Gabriel Zanotti dijo...

JM, me emocionó esta entrada, por obvios motivos. Gracias por escribirla. Un abrazo enooooorme...........

alejandro dijo...

Coincido con este intelectual, filósofo y Argentino, no de la escuela Degenaroniona, sino de las mejores.
Ha sido emocionante tus palabras querido Juano. Sabés que añoro esas noches de guitaras, folklore y el infaltable elixir rojo o colorado como corregiría mi hermano. La canción msravillosa, la letra también y es el retrato del Gran Lery no pudo ser mejor.
Justo estaba pensando en estos últimos meses lo positivo que hubiera sido que Tito esté ahora aquí físicamente. No creo que discutiéramos como en los 80, quizá sería peor, pero hubiese sido una experiencia enriquecedora y yo habría aprendido muchísimo de él y aprovechado toda su sabiduría. Igual dejó su huella y trato ahora de indagar sobre las que no pude conocer de él y sobre cuáles serían sus respuestas.
Abrazo Grade.

Anónimo dijo...

Qué tema has tocado JM, emociona, llena de recuerdos,nostalgias, no sé si se fueron rápido o no, pero los extarño aún hoy, después de tanto tiempo.
Me acompañan en cada decisón importante que debo tomar, aparecen en mis sueños y me dan la pauta.
Las primeras veces creí que eran mis ganas de verlos, de conversar con ellos, con el tiempo y por las reiteradas veces que me pasó, me dí cuenta, que estaban ahí, a mi lado, que me ayudaban, que nunca se habían ido del todo.
En homenaje a ellos voy a firmar así:

Ana María Paz y Cersósimo

Quique Figueroa dijo...

Efectivamente Juano, jamás dejamos de ser hijos, y el rol de padres lo ejercemos como podemos.
Pero, esa palabra, ese gesto y la comprensión que tiene el padre de un hijo, es una emoción difícilmente traducible.
Con mi Viejo bastaba una mueca, un comentario de una frase, o un gesto compartido para establecer la sintonía profunda.
O el abrazo sincero y profundo, un estrechamiento de esos que a uno lo deja mas reparado como persona, y siempre mas optimista y renovado. Pese a que nunca fuimos afectos a las grandes muestras. Si había un abrazo era una emoción fuerte.
Aún recuerdo el que me dió mi Viejo el domingo 4 de abril de 1982, cuando me visitó en la etapa de instrucción de mi colimba. Gesto que denotaba su preocupación, por la locura que avizoraba, y el peligro que esto encerraba.
O la alegría que tenía el día de nuestro casorio. Pequeños momentos que pintan alegrías compartidas, entre padre e hijo. Un vínculo fenómeno.
¡Un brindis por estos Viejos!

Verito dijo...

Quien enseña en silencio, dando el ejemplo, deja una huella profunda. Muy lindo post, Juan Manuel. Sentido, sobre todo.

Unknown dijo...

Seguro que se fue? Yo lo sigo sintiendo a mi lado, y cada vez que no se para dónde ir, alguna forma de respuesta me da. Un abrazo,

Cokin dijo...

Muy linda letra y la idea de transmitirla a estos locos! gracias. Para mí que esta es la segunda Navidad sin el viejo! se siente de un modo diferente, y me identifico con algunos de tus versos. En algún momento me gustaría tambien escucharla en la guitarra!...

Jorge Alba Posse

Juan Manuel Bulacio dijo...

Gabriel, en ese otro club de locos/genios en que incluímos a nuestros padres entran también el de Quique y el del Negro, muy diferentes todos ellos en forma y contenidos políticos, religiosos etc, pero muy similares en su fondo de libertad y honestidad.
Creo, como Ana María y Alejandro que a los padres los llevamos siempre "puestos" y en ese sentido jamás, afortunadamente, se van.

Juan Manuel Bulacio dijo...

Sí Vero, no hay como el ejemplo para trasmitir lo que se piensa y los valores, aunque a veces sea difícil. Jorge, vas a escuchar esa canción en la guitarra como corresponde, en la primera oportunidad! Beso/abrazo. JM