sábado, 30 de enero de 2010

Divagando

Recién llegado para pasar el último fin de semana de este largo enero en Miramar me encuentro en el barcito amigo, de esos que necesito en cada lugar que frecuento, escribiendo. Tal vez por tanto viaje y tan poco sueño, las ideas se me mezclen un poco, pero así como vienen nomás las quiero compartir.
-¡Que fantástica es esa costumbre tan argentina de desayunar, leer el diario, escribir, compartir o hacer nada, en un barcito amigo! Los he tenido y los tengo por todos lados. Y todos me parecen queribles e importantes en mi vida. Será por eso que conozco a los mozos por su nombre. Mi vicio se extiende a restaurantes, pero ese es otro tema.
Hoy, recién llegado y mientras en mi casa de acá aún durmen, escribo mi libro, ojeo un diario, vuelvo al libro, recorro algunas páginas amigas, vuelvo a escribir. Como desde mi época de estudiante, necesito ese dispersión controlada para estudiar, para pensar y para escribir. Y los barcitos amigos me dan el lugar para hacerlo.
Miro también a mi alrededor y veo el diferente ánimo de la gente y sobre todo, el diferente trato que tienen. Los que ni miran a quien los atienden, los secos, los agresivos y los amables. Qué diferencia por favor! ¡Cuánto más agradable es el mundo con un poco de buena onda! Y es mejor para todos. Buen ambiente, música aceptable y y alegre, buen trato y sonrisas naturales, ¿Qué más pedir para estar cómodo?
Esas caras agrias, aún de vacaciones, ¿qué esconderán detrás? ¿Cómo ayudarlos? Sin contagiarse de ellos y siendo correcto pese a ellos algo tal vez se logre, aunque sea mínimo y pase inadvertido.
Veo desde aquí la ciudad despertarse, y en este recambio de quincena, veo gente lamentando el final de sus vacaciones y otros alegrarse de su inicio. Insisto, está bueno irse y está bueno volver, si uno tiene dónde ir. Sólo los contrastes nos permiten apreciar y valorar bien cada cosa.
Hace algunos días hablábamos de la importancia de la voluntad. Hoy noto que lo que me costó en buena parte de enero, escribir, hoy ya sale irrefrenablemente. Anoche en otro barcito amigo en la esquina de casa, en una terminal atestada de gente y de ilusiones admirables en su sencillez, en el mismo ómnibus y ahora al llegar. La voluntad abre caminos que luego se pueden disfrutar.
Seguiría amigos, con mi desvarío reflexivo matinal, pero el recreo termina y ya tengo ganas de volver a escribir. Disfrutemos el día, desde adentro, construyámoslo. No pongamos nuestro bienestar en manos que no controlamos y a los que no le importamos lo suficiente, tampoco en el clima ni en las noticias de los diarios. Construyamos nuestro día y demos una mano, una sonrisa a los demás. Con sólo eso el mundo hoy será un poco mejor.

jueves, 28 de enero de 2010

Calor? Y qué?

Estamos tan acostumbrados a los lujos que la cultura y la tecnología nos brinda que no soportamos las mismas temperaturas que siempre hubieron, grado más, grado menos. Tampoco la humedad, el frío, la lluvia...Esperar un mundo siempre igual es como si quisiéramos tener las emociones siempre iguales. Sin cambios, sin ritmos, no hay vida. Se necesita un poco de todo para el tan mentado equilbrio biológico y de la naturaleza en general. Pero somos a veces tan malcriados que perdemos de vista lo evidente y queremos confort siempre y a cualquier precio. Admiramos la naturaleza, en fotos o en instantáneas reales, pero la despreciamos cuando no nos da lo que queremos. Si aprendiéramos más de los hombres simples que viven más en contacto con ella, nos quejaríamos menos y la disfrutaríamos más.

martes, 26 de enero de 2010

Voluntad aplicada

Un valor con poco marketing actual es la voluntad. Para alcanzar nuestros propósitos de largo plazo y nuestras metas diarias necesitamos una buena dosis de ella. Ya hablamos en alguna oportunidad de su naturaleza y de la posibilidad de ejercitarla y acrecentarla. Hoy simplemente quiero recordarla. Porque no sólo se aplica en campos que requieren tiempo sino también en las decisiones afectivas y en la conducta diaria. Los valores por los que apostamos requieren de esfuerzo, porque muchas veces otros caminos parecen más fáciles. El ejercicio de la voluntad nos eleva en nuestra condición humana y cuando la aplicamos inteligentemente en aquellas cosas que decidimos, el premio interior compensa el esfuerzo. Sin victimizarnos innecesariamente, la voluntad puede encontrar un sano equilibrio con la alegría y satisfacción que dan el tratar de hacer las cosas bien. Y de la mano de la alegría, aparece la esperanza que renueva las fuerzas y retroalimenta la voluntad.
Hasta pronto, amigos, voy a seguir con la escritura del próximo libro, que espero sea más elaborado que los anteriores aunque quiero que también conserve su frescura. ¿Será mucho pedir?

viernes, 22 de enero de 2010

Hagamos lo que esperamos.

Es triste ver que la mayoría de las acicones políticas buscan réditos en ese mismo campo o que las informaciones periodísticas buscan prioritariamente objetivos comerciales. Hasta que no logremos un funcionamiento institucional serio y no tengamos el espíritu de la búsqueda del Bien Común no lograremos un cambio positivo en nuestra sociedad. Para eso el camino es el compromiso, la educación, las acciones conjuntas y la honestidad. A veces, en nuestras acciones y palabras favorecemos lo que supuestamente no queremos. Que el cambio empiece por cada uno. ¿O siempre los que están mal son los demás?

martes, 19 de enero de 2010

Miramar sin misterio

Miramar es una cultura. Su identidad no está dada prioritariamente por sus playas angostas y sobrepobladas, tampoco por la monotonía que desde allí se ve, ni por sus casas y departamentos desvencijados, ni por la dudosa atención a sus visitantes, ni por sus precios (altos), ni por el deporte, la tecnología, la hotelería ni los servicios. Miramar es una cultura. La de las bicicletas, la del encuentro con amigos que no se ven habitualmente y con otros que tal vez uno no eligiría para ver, la de los asados, la de recorridos calcados una y otra vez, como muchas de las conversaciones.
Pero sobre todo, Miramar es el lugar de niños y adolescentes que disfrutan de todo lo que los adultos ya no hacemos, las playas, las salidas simples y sin tiempos, los paseos al muelle o adonde sea, las comidas como excusa (no importa el lugar, la calidad ni el precio). Ellos saben disfrutar y lo hacen, en un ambiente preparado para ellos, con las familias cercas, pero no tanto.
Y Miramar es la cultura de padres que priorizan a sus hijos, pese a no estar ellos en el mejor lugar. Y que tratan de adaptarse y pasarla bien, pese a ello. Se quejan, pero vuelven. La prioridad en esos días, no son ellos, sino sus hijos y la familia (también se ven jóvenes de la tercera edad prendidos en juegos y en lo que pueden con sus nietos).
En fin, tal vez por ahí vaya la cosa. Y si adultos tenemos mucho que aprender de los niños, entonces tal vez, Miramar sea un buen lugar.

lunes, 18 de enero de 2010

Misteriosa Miramar

Cuál es el misterio por el cuál tanta gente viene a Miramar? Siempre me lo pregunté infructuosamente. Es cierto que a los chicos les encanta, lo cuálno es poco,perotodos los adultos que cruzo cada día (y son muchos de verdad)no saben responderme o directamente confiesan que no les gusta. Sin embargo, cada año se ve más gente conocida en sus playas y calles. Alguien pude aportar alguna pista? Mientras tanto lucho por encontrar un lugar donde conectarme cada tanto y que funcione mínimamente. No sólo Yapeyú tiene cierto retraso tecnológico...
Pero, en cualquier caso, aquí estoy, como tantos, haciéndome la misma pregunta...

miércoles, 13 de enero de 2010

Antes de la próxima Navidad.

Cuando comienzan a pasar "las fiestas" me parece que es bueno retomar algunas ideas que, de tan agotados que solemos quedar, no las pensamos hasta que el siguiente año es demasiado tarde para frenar el vértigo reincidente. Comparto unas líneas enviadas por Diego Forrester que creo sintetizan muy bien lo esencial, tan frecuentemente olvidado, de la Navidad y su sentido.

"Si crees en Jesús, y crees que es el hijo de Dios, este mensaje es para vos.

Sí crees en Jesús y no estás seguro que él es hijo de Dios, este mensaje es para vos.

Si crees en Jesús y no crees que sea el hijo de Dios este mensaje es para vos.

Sí no crees en Jesús, tampoco crees que él sea el hijo de Dios. De todas maneras este mensaje es para vos.

Mas allá de lo que cada uno crea, debemos ya saber que en Navidad se conmemora el nacimiento de Jesús. Sin entrar hoy en discusión de lo que cada uno pueda creer, les propongo concentrarnos en su mensaje que es universal, y si vamos a festejar Navidad, sería bueno reflexionar unos pocos minutos sobre el mismo.

Jesús vivió de una manera muy humilde, en la pobreza. Siempre mostró solidaridad con todos, incluso con los más enfermos. Siempre estuvo junto a sus amigos, hasta el final de sus días. El pasaba muchos momentos en silencio, rezando, mostrando la importancia que para él tenía su vida espiritual. No juzgaba a las personas por lo que hacían o por el qué dirán. Siempre hablaba de unión, de estar juntos, de trascender, de no quedarse con lo terrenal, sino de encontrarse en lo espiritual.
En un mundo plagado de ambición de poder, de materialismo, de egoísmo, donde todos caemos en el error de juzgar a los demás creyendo que por alguna circunstancia tenemos derecho a hacerlo. En un mundo donde tener razón es más importante que tener corazón. En un mundo en el cual criticamos a nuestros gobernantes al mismo tiempo que decimos amar a nuestros hijos y a nuestro país, y sin embargo no podemos dedicar más de una hora de un Domingo aislado para tratar de cambiar la situación. En un mundo que ahora habla de crisis, sin darse cuenta quizás que hace bastante, 2/3 de su población es pobre o muy pobre. ¿qué nos pasa? ¿No nos dimos cuenta que el mundo hace rato que está en crisis?

El mensaje de Jesús habla de paz, no de violencia. Habla de amor, no de rencor. Habla de compromiso, no solamente de la palabra compromiso. Habla de honestidad, no habla de mentira, ni de corrupción. Habla de valores pero no habla de dólares, ni de euros, sino que habla de los fundamentales. De los únicos que nos pueden hacer encontrar una forma de convivir en armonía, aceptándonos imperfectos, humanos, tal cual somos, pero siempre viviendo con respeto y priorizando la convivencia más allá de nuestras creencias, color de piel, nacionalidad, estilo de vida.

La Navidad nos sumerge en una carrera casi loca de juntarnos, saludarnos y regalarnos. Eso “podría” estar de acuerdo con el mensaje de Jesús, protagonista fundamental de este "cumpleaños", siempre y cuando lo material, lo terrenal, lo superficial y lo comercial no se anteponga a su mensaje de fondo.

Entonces, me pregunto ¿qué es lo que estamos festejando? Antes de festejar, no deberíamos reflexionar en lo distinto que es el mundo que estamos viviendo y dejando, a lo que el protagonista de la Navidad nos dejo como mensaje. No estoy en contra de festejar el encuentro entre amigos y familiares, pero si creemos en su mensaje, aunque no todos crean en su naturaleza divina, no deberíamos jugarnos en serio por un mundo mas solidario, mas equitativo, mas honesto, mas humilde, mas hermanado, mas respetuoso y mas reflexivo. "

lunes, 11 de enero de 2010

Variadito, de regreso

Llegado hace minutos de Florianópolis, sólo algunas viñetas:
-Lindo es irse, pero que lindo es volver! A lo de uno, sus rutas, sus cosas, música, máquinas, vecinos, baño, ...
-Donde fuimos todos tenían autos muy modernos. Salvo un detalle a la ida, el nuestro, con 15 campañas a cuestas sigue impecable y se bancó el viaje como siempre. Qué bueno no cambiar de auto cada año!
-Pasamos la noche en Yapeyú, un pueblito como cualquiera, pero con historia. Un lujo ver el ritmo de la gente, la sencillez natural. Dudosa es la falta de algunos "detalles" como un Internet lógico (sólo había en un cíber que tardaba 5 minutos por acción), un hotel con elementos mínimos de confort o un restaurante que tenga por ejemplo algo más que "zanahoria" (lieteral) para la ensalada, y una lástima la decadencia en el cuidado de sus calles y plaza, está peor que hace 7 años cuando lo visité por última vez. En fin...
-De las vacaciones después les cuento, pero por ahora vuelvo sólo a la idea, de lo sorprendente que es el tiempo y de todo lo que puede hacerse con él, solo con un poco de sentido común ( y levantarse temprano!), comenzando por conversar distendidamente para dónde salga la cosa, nomás.
-Por último (tengo que deshacer las valijas y luego entrenar con Facu), comer rico y sano es posible, agradable y rendidor. La clave: hacerlo pausado y muchas veces. Y si se hace hace actividad deportiva (lo que cada uno pueda, al menos caminatas) el conjunto es más armónico y fecundo).
Mañana recupero el tiempo con mis pacientes, así que hasta el miércoles! Beso/abrazo. JM

viernes, 1 de enero de 2010

Que sea "desde adentro"

Tras un ajetreado diciembre, el primer día de 2010 me encuentra con mi familia recién llegado a Florianópolis tras un maratónico viaje en auto que sintetiza cómo fueron los días finales del año pasado. Aunque poco pude escribir últimamente, ahora entraré en receso. Veremos si surge alguna idea para el próximo libro, pero no estoy seguro de seguir esa rutina un poco forzada. Todavía ni presenté "La trama del Ave Fénix" (quedará para marzo)y tengo que reeditar el de Ansiedad. El descanso mental, la actividad física más sostenida y la buena dieta (para qué descuidar el cuerpo con excesos si lo bueno y rico abunda?) serán todo lo programado. Lo demàs quedará librado al devenir espontáneo del ritmo personal y familiar. En la próxima entrada (falta bastante para eso) les contaré algunas de las ideas para desarrollar en el año, muchas de las cuales ya están en marcha. A los participantes frecuentes del blog y a todos sus lectores les agradezco por estar. Esperemos continuar creciendo como personas y ser capaces de vivir mejor a partir de nuestras propias decisiones. Que el "Feliz Año" sea construido por cada uno en lo personal y por todos en lo colectivo. Sin esperar golpes de suerte ni causas externas. Desde adentro, con compromiso, alegría y esperanza. JMB