jueves, 28 de enero de 2010

Calor? Y qué?

Estamos tan acostumbrados a los lujos que la cultura y la tecnología nos brinda que no soportamos las mismas temperaturas que siempre hubieron, grado más, grado menos. Tampoco la humedad, el frío, la lluvia...Esperar un mundo siempre igual es como si quisiéramos tener las emociones siempre iguales. Sin cambios, sin ritmos, no hay vida. Se necesita un poco de todo para el tan mentado equilbrio biológico y de la naturaleza en general. Pero somos a veces tan malcriados que perdemos de vista lo evidente y queremos confort siempre y a cualquier precio. Admiramos la naturaleza, en fotos o en instantáneas reales, pero la despreciamos cuando no nos da lo que queremos. Si aprendiéramos más de los hombres simples que viven más en contacto con ella, nos quejaríamos menos y la disfrutaríamos más.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con lo que planteas. De igual forma, considero que nos acostumbramos tan fácilmente a la tecnología y a todo aquello que nos aleja de la naturaleza, que sólo le prestamos atención cuando "no cumple con nuestras expectativas". Tal cual vos decís, parecemos malcriados, y es que nos dejamos guiar por el capricho de querer todo ya, cómodamente, olvidando la naturaleza y todo lo que la rodea, convirtiéndonos muchas veces en meras máquinas para actuar.
Ahora bien, creo que aún hay remedio... simplemente tomando contacto con lo básico... con una flor o planta, ver lo simple de su crecimiento y desarrollo y a la vez su complejidad y lo necesarias que son... Puede ser que tomando contacto con aquellas pequeñas cosas de la naturaleza que nos rodean, podamos ser capaces de visualizar que hay cosas más importantes y empecemos a cuidar un poco más las cosas que nos brinda la tierra, pues sin ellas, no estaríamos donde estamos.
Besos

Quique Figueroa dijo...

Efectivamente Juano, somos malcriados (palabreja que solía utilizar mi querido Viejo).
En el sentido de ser incívicos con la naturaleza, desagradecidos/jodidos.
Quizá por eso sea bueno, pasar unos días de campamento, como para amigarse con ella, quien nunca se enemistó con nosotros.
Pero todo aquello que no sea susceptible de manejar vía control remoto, pareciera ser degradado/ignorado por nos, habitantes del siglo XXI.
Pa' resumir, comparto hipervínculo a una comparación sobre la mirada que hacen Oriente y Occidente para con la naturaleza.
Memento apprehendĕre semper!

Juan Manuel Bulacio dijo...

Hace 50 años hubo más de 43 grados en Buenos Aires y la térmica (aunque no se medía por suerte) más de 50. Seguro no se hablaba del calentamiento global y no había el aire acondicionado que hay ahora. Cuando trabajaba de cadete en mi adolescencia, veía en el cartel del Banco Ciudad de la calle Florida la temperatura y no era raro ver 35-36 grados. Ahora no llega a eso. Pero sólo se habla de la térmica. Aunque no suena simpático, creo que somos malcriados. Solemos ir a la playa y ver la gente sufriendo o disfrutando al sol en horas terribles y no se quejan, es raro, no? Tanto como ir a tomar sol y llenarse de cremas para que no nos haga daño. En fin, como el vodka con speedy.

Verito dijo...

Qué lo parió, ya ni quejarse del calor puede una. Estoy MUY de acuerdo con Anónimo (muy lindo escrito, Anónimo!), y también con eso de que somos muy malcriados, mal que me pese lo de malcriada. Digo, por lo anacrónico que resulta ser malcriada cuando ya hace tiempo que en esta cara se necesitan cremas antiarrugas. Ya estoy en tiempo de descuento para aprender a aceptar este asuntito del clima, no?

Pero no puedo evitarlo, ése es el problema. Me refiero a que realmente me fastidia este calor aplastante. Tendré que releer más el primer comment y amigarme con la naturaleza, porque evidentemente no hay camino racional por fuera de ella, como bien sostiene Anónimo. Qué lo parió, más laburo para estos días de calor insoporrrtableee, ja! (no voy bien, no?)

Juan Manuel Bulacio dijo...

Verito querida! Nadie es perfecto en este mundo. Es una reflexión general, nomás. Yo también suelo quejarme. También hay que aceptarse y no exigirse de más. Tratar de mejorar está bien, pero con calmaaaaaa!!!!!!!!
Lo que pasa es que escucho del calor más de 100 veces por día! Un beso. JM

Anónimo dijo...

Ese dìa de 43 grados, era muy niña, pero lo recuerdo como hoy.
Desde la mañana, 4 hijos y su Madre, esperaron al Padre de la familia, que debìa llevarlos a Mar del Plata, para vivir èsos veraneos de tres meses ! (obviamente nos dejaba y el lunes volvìa)
La tardanza era justificada, fue Lanero , Exportador de Lanas, que se llamaba, por entonces Frutos del Paìs.
El auto era un Pontiac año 57, negro, para colmo.
Salimos a las 3 de la tarde y a pesar de la espera, el calor y el enorme deseo de llegar, fuimos los chicos màs felices.
Mi padre cantaba y nosotros le hacìamos el coro.
Paramos en Al Ver Veràs, ante el asombro de la gente tomamos tantas Bidù, que el mozo quedò impresionado y le dice a mi Padre, estos chicos, siempre toman asì...
a lo cual mi Padre le dice... no los dìas de 43 grados y 43 horas de espera !!! Fue un dìa felìz.

Años màs tarde, ya acostumbrada al aire acondicionado, me toca viajar con con Marian mi hija, la siempre lògica, con su auto que no tenìa aire,ya que a mi me habìan robado el mìo( por ahorrtiva, nos prohibiò, que le compraramos el que tenìa y era màs caro ),tambièn en un dìa de calor. Le hago notar que no tenìamos aire y me mira y me dice:
Mamà no podès ser tan superficial, decime cuando eras chica, te llevaban seguramente un negro para apantallarte, aire no habìa, no podès ser tan malcriada !
Ese tambièn fue un dìa felìz, por darme cuenta que mi muy jovencita hija era bien sensata.

El electricista que atiende mi casa, me dice dìas atràs si es verano, que quieren que haga frìo?

Y los gauchos que salen a caballo a recorrer a pleno rayo de sol y los dìas en la manga trabajando con la hacienda, con temperaturas p'arriba o p'abajo, màximas ???
Nunca los sentì quejarse.

DESMALCRIEMOSNOS !!!!!

Montevideo, tiene siempre menos grados que Baires y en las noches, viene un aire muy agradable del rìo/mar, ergo lo vengo llevando muy bien este Enero.
Mudate Verito, hay otras ventajas ademàs, es como antes èramos nosotros, educados, serviciales, tiene sus problemas, pero al lado de los nuestros, son nada.
Hay calidad de vida.

Un abrazo a todos.

Ana Marìa Paz

Juan Manuel Bulacio dijo...

Muy lindo relato y testimonio Ana María! Un beso grande. JM