miércoles, 12 de noviembre de 2008

Vattimo

Acabo de escuchar y cambiar pocas palabras con G. Vattimo, filósofo italiano de renombre. Tendría que comentar muchas cosas, aunque debo ser breve. Destaco lo ameno de la exposición, la claridad conceptual, la sencillez del pensador y el valor dado al diálogo y a las condiciones para el diálogo (tema que me interesa sobremanera, como saben). Cuestiono, sin embargo, la idea que la existencia de una verdad implique necesariamente una imposición. Creo que detrás de ese concepto se esconde la paradoja de invalidar el pensamiento de quien, lícitamente, cree en la existencia de ciertas verdades como el orden natural y la propia existencia de la verdad. Así como el relativismo es claramente paradojal, me parece un poco manipulador afirmar que la creencia en una realidad implique una idea de imposición de la misma. Es más, la idea de verdad no contiene el concepto de que toda la realidad pueda ser conocida. La hermenéutica realista es clara en este sentido (y es hermenéutica). Lamentablemente suelen utilizarse estas ideas filosóficas, entre otras cosas, para descalificar a la Iglesia Católica, generalizando y simplificando las cosas hasta el absurdo. La Iglesia, como cualquier otra institución religiosa y como cualquier idea política o del tipo que sea, tiene el derecho a expresarse. Vattimo también.

3 comentarios:

Quique Figueroa dijo...

Efectivamente Juano, hablar de la búsqueda de la verdad desde una visión que imponga condicionamientos, es una contradicción, un camino cercenado.
Por ende, difícilmente lleguemos a buen puerto.
El punto quizá, es que estamos más que acostumbrados a estas zancadillas, y hasta nos parecen normales.
Sucede en la TV, o en los pseudo debates radiales.
Tenemos miedo a discutir, por temor al que piensa distinto.

Sobre las críticas hacia la jerarquía del catolicismo, ya que el término iglesia es más adecuado para el conjunto de la grey, es blanco de dardos varios.
Algunos acertados y otros con leche cuajada [la mala].
Y aquí los medios siguen jugando un papel que nada tiene de inocente, y nosotros como consumidores pasivos, pocas veces [nunca quizá] ponemos en tela de juicio lo que se dice por ahí.

También es hora de calzarse los largos y salir a ver que dicen en la cancha zagueros como Vattimo, y ver sus truquillos, tal como relata Juano.
Y apropiarse del lenguaje es una forma de imperialismo.
Fijaos sino el caso de hermenéutica:
2. f. Arte de interpretar textos y especialmente el de interpretar los textos sagrados.
3. f. Fil. En la filosofía de Hans-Georg Gadamer, teoría de la verdad y el método que expresa la universalización del fenómeno interpretativo desde la concreta y personal historicidad.

¿Cúal es la definición que aplica, y cómo distinguirla en cada caso?

Gabriel Zanotti dijo...

Ah!!! Vattimo con sus temas de siempre. Pero no sólo él. Que la verdad implique imposición es una viaje y actual polémica en toda la filsofía contemporánea. Un tema larguísimo, casi imposible de resumir. Me contradigo entonces y resumo:
1. La verdad, por su sola noción, excuye la imposición, por la fuerza o por la fuerza linguística.
2. La verdad sólo "se habla", entonces, a través del diálogo, que presupone el deber de no imponer nuestras ideas por la fuerza y por ende respetar el derecho a obrar según la propia conciencia.
3. Dialogar con el que piensa diferente no implica estar inseguro de la propia posición. Implica, si, estar abierto al perfeccionamiento de la propia posición.
4. Pero todo eso es el final de la peli. Hay que dialogar mucho con toda la historia de la filosofía y toda la historia de Occiente para comprender por qué la idea de verdad quedó desprestigiada y unida a la idea autoritaria. Vattimo es un perfecto ejemplo de "reacción contra", además de un buen intérprete de una plausible interpretación del último Hiedegger.
5. La hermenéutica de Gadamer es una etapa de la hermenéutica, la más ontológica, donde la interpretación no es sólo de un texto, sino de la propia situación histórica a partir de los propios horizontes históricos. La compatibilidad de ello con el realismo en autores como Husserl y Santo Tomás es una de las cosas que he intentado.
6. Y eso sí que es imposible de resumir........ :-)))

Quique Figueroa dijo...

Creer que se cree - broli de Vattimo.

Contrariando al difundido apotegma «Dios ha muerto», en las últimas décadas parece detectarse (señala Vattimo) un retorno a la religión y, sobre todo, a la noción de un principio divino como cimiento de una ontología no basada ya en la abstracta metafísica tradicional.

Es decir, en aquella filosofía anterior a Heidegger que concebía al Ser como un objeto más a descubrir para contemplar arrobado o para adecuarse a sus leyes, sino en una nueva visión más humanizada del problema de la trascendencia.

Para Vattimo, notable pensador y profesor en la Universidad de Turín, ha llegado el momento de abandonar las “estructuras fuertes” de pensamiento, que pretendían reducir a una mera cuestión de mayor o menor acierto analítico-experimental la revelación de las verdades tanto del mundo de las cosas, como las del misterio del ser. Pretensión desmedida, por cierto.

A partir de una reflexión filosófica desarrollada con llamativa humildad –pero cuyos pasos, es obvio, no podríamos reproducir aquí Vattimo llega a considerar la encarnación de Cristo como la secularización del principio divino, y lo que él llama la “ontología débil” como la transcripción del mensaje cristiano. Y señala: “Muy simplemente, reivindico el derecho a escuchar de nuevo la palabra evangélica sin tener por ello que compartir las auténticas supersticiones, en materia de filosofía y moral, que todavía la oscurecen en la doctrina oficial de la Iglesia.”
Y añade, para echar mayor claridad aún: “Quiero interpretar la palabra evangélica como el mismo Jesús enseñó a hacerlo, traduciendo la letra, frecuentemente violenta, de los preceptos y de las profecías, a términos más conformes con el mandamiento supremo de la caridad”.

Vattimo habla en nombre de la simpatía que le merece la tradición cristiana y la admiración por las virtudes de los santos, para vindicar una Iglesia concebida como comunidad de los que creen en Jesucristo aunque, y sobre todo, “prestando poca atención al Papa y a sus prejuicios”.

Jorge Ariel Madrazo