martes, 13 de julio de 2010

Un poco de paz

En el excelente y participativo blog de Verónica Molina se pregunta acerca de qué suele "pagar más". Es claro que muchas veces se viven o creen vivir injusticias de distinto tipo. Creo que los únicos "premios" que hay que tratar de cultivar son los interiores. Todos necesitamos refuerzos externos y logros. Ellos vendrán en distintas escalas o no, pero no dependen de nuestras acciones. Podemos acomodar éstas para "vender" más, como recomiendan todos los dedicados al marketing y cosas parecidas o podemos ofrecer lo que creamos (en acierto o error) adecuado. Si los buenos recursos de venta y difusión acompañan, mejor. Pero nada nos garantiza resultados cuando lo que se priva es el contenido. Tal vez desde allí, muchas veces esos esfuerzos no expresados en las consecuencias deseadas nos decepcionen.
Aunque aún así pienso que las virtudes, expresadas en conducta, son lo que "mejor pagan". No, en el efímero mundo que nos rodea, sí en el de los afectos verdaderos y en el propio interior. Nuestras debilidades y necesidades hacen que resulte muy difícil verlo así. Sin embargo, es lo único que puede darnos un poco de paz.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Nunca me dio resultado vender algo que no soy, ser uno mismo con todo lo que esto implica es lo mejor, ya que los resultados nos daran que pensar en si tenemos que mejorar algun aspecto nuestro, o no.
Es muy dificil no estar esperando la aprobacion del de afuera, el que me diga que no le importa lo que piense el otro, no le creo.
Por empezar, de chiquitos esperamos la aprovacion de nuestros padres, despues de nuestros maestros y amigos y asi seguimos.
En mi opinion siempre aunque sea incocientemente buscamos aprobacion de alguien.
Claro que las virtudes son lo que mejor pagan, por eso es mejor mostrarnos tal cual somos.
Tere

Verónica Molina dijo...

Es difícil abstraernos del mundo efímero & exterior, Tere lo dijo muy bien. En las empresas, por ejemplo, ves muchas situaciones en las que premian cualidades muy superficiales, en lugar de las que producen las conductas genuinamente buenas de alguna gente. Lo mismo sucede en los medios de comunicación: vemos ejemplos a diario, no?

Y cuando lo que se premia es tan diametramente opuesto a lo que vos reivindicás (los valores personales, por ejemplo), esa dispersión genera muchas injusticias (cuanta más distancia entre una cosa y otra, más injusto es el sistema de premios y castigos).

Un poco -desgraciadamente, lo sé- me acostumbré a ver esas injusticias. Pero cuando además esas injusticias se fundamentan en clichés de lo más simplistas, hallar la paz ahí es todo un desafío.

Es parte del asunto, lo asumo, trato de no involucrarme demasiado personalmente en esas cuestiones... pero me hacen ruido, realmente.

Juan Manuel Bulacio dijo...

Estoy de acuerdo con que hay injusticias y a veces me hago tremenda mala sangre por ello. También busco los premios exteriores. Lo digo casi para mí mismo, la única manera de encontrar paz es comprometerse con lo posible y tratar que los premios sean interiores. Sin duda, es muy difícil, pero no encuentro un camino mejor...

Anónimo dijo...

Creo que uno tiene que ser lo que realmente "es" y no lo que más vende.

Creo que son las virtudes lo que se valora por sobre todas las cosas, especialmente de los seres queridos, no hablo del mundo exterior porque ahí es otro cantar.

El esfuerzo, el empeño por hacer las cosas bien es lo que nos tiene que motivar para sentirnos plenamente. Lo demás se dará por añadidura.

Besos a todos.
Silvina.

Verónica Molina dijo...

Entonces tal vez el problema sea que buscamos que el "ahí afuera" el tema sea tan coherente como tratamos de que sea, también, en el "refugio interior" (la familia, los amigos elegidos & queridos). A lo mejor -a la luz del comentario de Silvina, se me ocurre ahora- pienso que el problema está cuando nos sentimos comprometidos (sin darnos cuenta) con el mundo exterior como propio, y por ahí queremos que todo ahí afuera sea más transparante, más parecido a una familia, por ejemplo, y resulta que no es así (ni puede ser así).

No sé, veo las cosas que suceden alrededor mío y siento que si todos respetáramos/quisiéramos a los que trabajan con nosotros como si fuesen de la familia (de ésos que vienen a compartir el asado del domingo con nosotros, por ejemplo) la cosa sería mucho mejor, tendríamos una mejor calidad de vida, de trabajo, de vínculos.

Pero ésa no es la realidad, y "llorar sobre la leche derramada solamente nos acentúa las arrugas", dice mi vieja. Habrá que volverse más fuertes, más duros, más realistas, no sé.

Cariños.

PD: aclaro que nada de esto me pasó a mí personalmente, sino son cosas que veo alrededor mío... no estoy implicada directamente, pero veo la realidad y saco conclusiones, como cualquier hijo de vecino.

Anónimo dijo...

Hola a Todos: Hace poco menos de una hora, envié un mail, a toda mi agenda de direcciones, haciendo un pedido solidario para Haití, lo acompañé de fotos desgargantes, que me habían llegado el domingo anterior. Obviamente le fue a JM, quien me pidió, lo pusiera en el blog. Si bien no puedo adjuntar las imágenes, si les transcribo el mail y la carta de la organización, para que participen en esta ayuda, de ser posible

Les adjunto fotos ...
Enviadas desde Haití, por el Papá de Marian, que está trabajando allá, en Puerto Príncipe, como Ing. Civil, contratado por el BID.
Estas fotos llegaron el domingo, al día siguiente leí que comenzaban los huracanes, hay un millón y medio de personas que están como se muestra, en la calle.
Mi pedido es que donen lo que puedan, la necesidad es extrema. Como dije en otro mail, aunque sea poco, es muchísimo, si muchos nos juntamos a ayudar.
La web, también está en español, y no tengan temor de pagar con la tarjeta de crédito, jamás tuve problemas con la organización. Gracias. am

Más abajo tienen el mail que me llega de Word Foot Programme.

Ana María
On this day six months ago, a devastating earthquake changed Haiti forever. You responded, and WFP was able to help millions of Haitians survive the aftermath. Our teams are still on the ground, preparing for the coming hurricane season and building back Haiti stronger and better than before. Donation by donation. Day by day. One person at a time.
I’m proud to be part of this amazing community and to report back on our outstanding success in Haiti.

The World Food Programme was on the ground distributing food within 24 hours of the January 12th earthquake, and we’ve been able to feed 4 million Haitians to date.

Our focus has shifted to longer-term solutions, rebuilding society from the ground up. Our Food and Cash for Work programmes have already created jobs for 30,000 Haitians and that number continues to grow. In exchange for enough food to feed a family of five, workers are helping repair roads and dig irrigation canals, benefitting entire communities.
Watch the latest video straight from Haiti to hear firsthand how lives and livelihoods are being rebuilt.
Our school meals programmes are providing daily meals to 655,000 children. These kids will continue to receive hot, nutritious food throughout the summer even though school is out. We’re also helping to ensure the most vulnerable people, including pregnant mothers and young children, receive the right food through supplementary nutrition programmes.
Many have predicted this will be a bad hurricane season, and WFP stands prepared for the worst. Working together with the Haitian government and many of our NGO partners, we’ve already positioned food supplies for more than 1 million people in case disaster strikes again.
Catch up on all the latest developments in Haiti here. Thank you for all you do in the fight against
hunnger,

Marcela
World Food Programme

AMP

Quique Figueroa dijo...

Pensé que la entrada Bulaciana, sería un mero replanteo de la VeroMoliniana.
Posteo degustado oportuna y anteriormente, en el "restaurant webero" correspondiente.

Sin embargo al "rumiar la propuesta", di con nuevas aristas.

No sabía bien por-qué. Quizá por masticar largamente las cosas.
Pero arribaron, y tienen que ver con la etimología de las palabras.

Juan Manuel habla de paz, concepto que nos sugiere tranquilidad, quietud, ausencia de conflictos.
Sin embargo, para los teutones, paz es friede: alegria, armonía.
Vale decir, nuestra lengua, nos va condicionando conjuntamente con el contexto que nos rodea.
Es el poder de las palabras.

La paz no es algo sosegado, es un estado al cual tiende la voluntad.

Paz interior, es la que logramos luego de un esfuerzo interesante.

Lo explica bien Raimundo Pannikar en Paz y desarme cultural, libro que un conocido alguna vez me mencionó, y llego (nueva y afortunadamente) a el, gracias a los buscadores de interné (y a vosotros). También por las abundantes sinapsis que sugieren estos posteos, clamando por el cambio de nuestras costumbres.
O que sean las mismas, pero siendo conscientes de nuestras conductas.

Quizá no tengamos que buscar la aprobación universal, de ciertas cosas, pero si dentro nuestro, y de nuestro entorno mas íntimo, tal como proponen Silvina y Vero.

Cierro con otra cita del mismo (y jugoso) libro: "la victoria conduce a la victoria, no a la paz".

A lo mejor, el quid radique, no en abstraerse de las cosas, sino de cambiarlas, esparciendo pequeñas semillas, tal como hace Amos Hoffman con su (bendita) música.

Quique Figueroa dijo...

Pensé que la entrada Bulaciana, sería un mero replanteo de la VeroMoliniana. Posteo degustado oportuna y anteriormente, en el "restaurant webero" correspondiente.
Sin embargo al rumiar la propuesta, di con nuevas aristas. No sabía bien por-qué. Pero arribaron, y tienen que ver con la etimología de las palabras. Juan Manuel habla de paz, concepto que habla de tranquilidad, quietud, ausencia de conflictos. Sin embargo, para los teutones, paz es friede: alegria, armonía. Vale decir, nuestra lengua, nos va condicionando conjuntamente con el contexto que nos rodea. Es el poder de las palabras. La paz no es algo sosegado, es un estado al cual tiende la voluntad.
Paz interior, es lo que logramos luego de un esfuerzo interesante.
Lo explica bien Raimundo Pannikar en Paz y desarme cultural, libro que un conocido alguna vez me mencionó, y llego (nuevamente) a el, gracias a los buscadores de interné.
También por las sinapsis que sugieren estos posteos que claman por el cambio de nuestras costumbres. O que sean las mismas, pero siendo conscientes de nuestras conductas.
Quizá no tengamos que buscar la aprobación universal, de ciertas cosas, pero si dentro nuestro, y de nuestro entorno mas íntimo, tal como proponen Silvina y Vero.
O como lo sugiere Amos Hoffman a través de su restaurant webero" correspondiente.
Sin embargo al rumiar la propuesta, di con nuevas aristas. No sabía bien por-qué. Pero arribaron, y tienen que ver con la etimología de las palabras. Juan Manuel habla de paz, concepto que habla de tranquilidad, quietud, ausencia de conflictos. Sin embargo, para los teutones, paz es friede: alegria, armonía. Vale decir, nuestra lengua, nos va condicionando conjuntamente con el contexto que nos rodea. Es el poder de las palabras. La paz no es algo sosegado, es un estado al cual tiende la voluntad. Paz interior, es lo que logramos luego de un esfuerzo interesante.
Lo explica bien Pannikar en Paz y desarme cultural, libro que un conocido alguna vez me mencionó, y llego (nuevamente) a el, gracias a los buscadores de interné. También por las sinapsis que sugieren estos posteos que claman por el cambio de nuestras costumbres. O que sean las mismas, pero siendo conscientes de nuestras conductas.
Quizá no tengamos que buscar la aprobación universal, de ciertas cosas, pero si dentro nuestro, y de nuestro entorno mas íntimo, tal como proponen Silvina y Vero. Y también, Amos Hoffman, con su autoretrato.

Anónimo dijo...

Comparto con vos Vero, creo que tenemos que ser más fuertes, más duros, más realistas, y no idealizar tanto lo de afuera.
Me gustó la frase de tu mamá...ja!, espero que no estemos muy arrugados.
Besos.
Silvina