domingo, 7 de marzo de 2010

Hoy en La nación

Hoy en la Revista de La Nación de hoy, salen algunos comentarios míos en la nota de tapa sobre las personas que hoy tienen entre 30 y 40 años aproximadamente. Les mando un resúmen de mi manera de ver eltema (casi todo salió publicado).

"En Argentina no hay estadísticas fiables en salud, menos aún en salud mental. Pese a ello en la práctica se ve un incremento de los trastornos de ansiedad, particularmente de Trastorno por Pánico y de Trastorno de Ansiedad Generalizada. Este trastorno caracterizado por la excesiva y constante preocupación guarda una importante relación con las condiciones ambientales. El clima de zozobra y amenaza social compartida, particularmente en temas políticos, económicos y de seguridad favorecen la idea de un ambiente hostil y peligroso. La realidad social se compone de hechos, interpretaciones y difusión de esos hechos. Los medios de comunicación tienden en la actualidad a amplificar dicha zozobra. Este aumento de la percepción de amenaza y peligro favorece en personas predispuestas un aumento de la ansiedad, conformando en muchos casos cuadros de TAG y en otros, cuadros más agudos como una Crisis o un Trastorno por Pánico.
Entre los 30 y 40 años, las personas deben consolidar su crecimiento personal y laboral, así como hacerse cargo de las familias que forman. En este sentido los factores mencionados llegan a este grupo de un modo más directo que en otros grupos etarios.
Las condiciones laborales actuales, con elevada exigencia y alto grado de competitividad incrementan aún más las dificultades y la vulnerabilidad de estos grupos. La falta crónica de tiempo y el exceso de presiones confluyen en la formación de malos hábitos tales como escaso sueño, escasa actividad física, escasa recreación, exceso de estimulantes y a veces de alcohol, mala alimentación, etc. retroalimentando negativamente el círculo vicioso
ansioso.
No es raro ver en esta edad, en personas que trabajan en empresas, por ejemplo, ansiedad social disimulada (producto de la mencionada competencia y de la excesiva exposición) y complicaciones secundarias por abuso de ansiolíticos y/o alcohol. La depresión puede también sobrevenir cuando la ansiedad se hace crónica o las expectativas no logran alcanzarse o no se ajustan en forma adecuada a la realidad personal (expectativas juveniles frustradas en la edad adulta).

Podría reflexionarse sobre la necesidad de replantear el papel y la responsabilidad social de los medios de comunicación así como a nivel laboral los métodos de evaluación y el estímulo excesivo de la competencia entre los empleados.
En general sería muy útil favorecer una cultura personal y social de vida sana basada en los buenos hábitos y en lo personal tratar de aumentar la conciencia de autoinfluencia, seleccionando los estímulos más convenientes y deshechando los negativos innecesarios y realizando ajustes periódicos de las expectativas." JMB

Beso/abrazo para todos. JM

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Doc.
No podía ser más claro en la explicación!!! Me encantó.
Disculpe mi atrevimiento de corregir (en mi humilde parecer) las edades, yo diría 35 a 50 años, porque a los 30 todavia, la gran mayoría está aún transitando la adolescencia y yo los veo que se cuestionan muy poco, y la edad de los padres que nos tenemos que hacer cargo de ellos se extendió a los 50, aparte a esa edad comienzan a sentirse los primeros "achaques" nos sentimos desbordados porque para viejos todavia somos jóvenes, pero para estar con jóvenes ya somos viejos, tenemos obligaciones laborales (porque todavia nos falta un montón para la jubilación), obligaciones en casa, y las frustaciones se hacen presente.

Es cierto, hay que cambiar los hábitos, es una tarea muy ardua y difícil, pero no imposible.
BUSQUEMOS AYUDA, Y HAGASMOSLO!!
Es muy gratificante saber que uno está haciendo algo bueno para sí mismo, y si uno puede cambiar aunque sea un poquito de esos malos hábitos todo el entorno cambia también.
Que esta consigna sea un objetivo a cumplir para el año 2010.
Un abrazo a todos-
Ana Maria M.

Juan Manuel Bulacio dijo...

Así es Ana María. La edad fue puesta por el autor de la nota, pero concuerdo en que deberíamos extender, y bastante, el límite. Qué tema el de la adolescencia tardía!! Un beso y gracias. JM

Anónimo dijo...

¿A dónde?...


Hay una pregunta que no está dicha pero que a mi modo de ver atraviesa todo el artículo.Yo preguntaría:

¿A dónde?...
¿A dónde es que vamos tan rápido?...


Emanuel.



PD: quien va a ningún lugar, no importa si va rápido o despacio: va hacia ningún lugar. Me parece que hay un “estrés existencial”, un agotamiento psíquico y físico por el vacío del sinsentido o la asfixia que nos genera la auto-referencialidad. Con relación a esto. recuerdo a E. Fromm, que en algún lugar dice que el hombre contemporáneo corre (compite, se estresa, es más “eficiente”) para “ganar” tiempo y cuando finalmente tiene ese tiempo “libre”, no sabe qué hacer con él... ¿A dónde es que vamos tan rápido?...

Quique Figueroa dijo...

Ana María propone desplazar la franja etaria, que il dottore rotula como adolescencia tardía.
E' vero (lamentablemente).
Como reza la nota, mientras que apariencia e individualismo son conductas que (des)gobiernan nuestra era.
De allí, una posible explicación a bolonkis varios que vivimos como familia, sociedad y país. Debemos hacernos cargo de nuestras conductas, pero ante todo, hacernos la pregunta que dispara Emanuel: ¿Adónde vamos?
Si no lo sabemos, estaremos jodidos, tal como vaticinaba Lucio Aneo Séneca, veinte siglos ha:
"No hay viento favorable para el que no sabe dónde va".

Anónimo dijo...

¿Y a dónde es que vamos?...

Anónimo dijo...

¿Y hacia dónde vamos?...




Es una pregunta fundamental, por eso insisto en ella, para que cada uno se la pueda hacer, si quiere...

Emanuel.
PD: el anónimo del comentario anterior fui yo.

Verito dijo...

Qué claro este post, Juan Manuel! Muy bueno! Eso de autoinfluirnos -con lo que tanto nos machacás-, tratando de elegir los mejores estímulos para nosotros mismos, me parece una puerta de salida muy razonable a esta "rat race" en la que nos colamos sin pensar y sin saber cómo vamos a bajarnos. Muuuuy buenísimo! Por qué no lo hacemos más seguido? Porque es difícil pensar y "filtrar" lo que nos provoca ansiedad desmedida? Tal vez nos resulte muy incómodo parar de autobombardearnos a través de los medios de comunicación y de la inseguridad que nos genera este mundo presuntamente hostil. Lo masivo entra por ósmosis, pareciera, y si dejamos entrar todo estímulo, comenzamos a tener miedos prestados y ansiedades que se originan como una plaga innominada, no? Me encantó el post.

Anónimo dijo...

Yo sufro de ataques de ansiedad desde los 19 años, y eso me ayudo a buscar la alternativa de poner en practica las tecnicas milenarias Orientales que estudie durante 10 años tales como el Yoga, el Reiki etc.
Apredi muchisimo como parar, y les aseguro que la filosofia que estos sabios crearon son bien aplicables a nuestro hoy, y ese parar, respirar y meditar me ayuda a ver y sentir desde lo mas profundo a donde voy (a veces, claro...), suena simple y facil, no lo es, pero vale la pena !

Anónimo dijo...

la anonima anterior soy Tere T. de Villar

Juan Manuel Bulacio dijo...

Gracias a todos por sus comentarios! Tomo temas para continuar. Hacia dónde vamos????, es el tema de fondo casi de nuestras vidas, no? En cuánto al ejercicio de la autoinfluencia, da para mucho más que iremos hablando! Beso/abrazo. JM