miércoles, 24 de marzo de 2010

Respuestas universales

-Te cuento?
-Si, claro.
-En el trabajo tuve un día muy complicado, Fulanita estaba pesada con que haga el informe correspondiente a ...
-Mm.
-Y Mengano no paraba de discutirme cada punto como si...¿me estás escuchando?
-Claro, ¿te lo repito?
-No, fue un día difícil. A veces pienso si es el lugar que quiero para mi.
-No te preocupes tanto.
-Es que no logro sentirme conforme, es algo que debo resolver.
-El tiempo te va a ayudar.
-¿Te interesa que te cuente o no? A veces pienso que no.
-Si me interesa.
-¿Cómo fue tu día?
-Normal. Todo bien.

Secuencias como estas son bastantes comunes. Apariencias de diálogo en dónde en realidad sólo se trata del monólogo de uno y la indiferencia del otro escondida detrás de respuestas de ocasión. Cuando la comunicación real no se produce no hay palabras que la disimulen. Las palabras tienen sentido cuando hay un nivel de empatía que las contiene.
Sin saberlo, a veces aburrimos con nuestra verborragia o con nuestro silencio. Sin notarlo, a veces sólo nos escuchamos a nosotros mismos, con palabras o sin ellas.
El ser humano necesita de los otros, y tal vez más específicamente de alguien en particular para sentirse acompañado en el camino de la vida. Recorrido lleno de experiencias, que solo compartiendo se puede disfrutar. Haciéndolo no habrán respuestas universales y vacías, sino palabras o silencios llenos de contenido.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Es verdad que no nos escuchamos.
Cuantas cosas tenemos en la cabeza que no nos hacemos el tiempo para escucharnos.
Hace un par de años hice un taller llamado LECI que se trata justamente de como comunicarnos correctamente, y el interes se demuestra preguntandole al otro como se siente con la situacion que nos plantea.
Mas alla de LECI el preguntar "¿como te sentis ante tal cosa?" ya demuestra un interes personalizado hacia el otro, yo siempre digo que hay que dar consejos solamente cuando te los piden y si uno se siente capacitado para ello, sino es simplemente poner la oreja con atencion a las necesidades del que me esta hablando.
Escuchar con mucha atencion e interes, y aceptar al otro con lo que trae.

Anónimo dijo...

perdon soy Tere

Anónimo dijo...

Saber escuchar. Saber hablar en el momento justo. Saber que decir y a quien. ¡Qué desafio!
A veces me dicen: "Mamá!! me aburris!! o lo que es peor no lo dicen y lo demuestran, ya sé que lo que es importante para uno, puede no ser para los demás, pero, ¿no se trata también de respeto hacia el otro escucharlo y ayudarlo en las cosas que lo inquietan?
Siempre les digo a mis hijos cuando me dicen que los aburro "no hay nada mas aburrido que llevarlos a la calesita y saludarlos cada vuelta que dan, sin embargo,nunca se los demostré".
Asimismo, lo de la calesita es aburrido para mí, habrá otros padres que les resulta una actividad hermosa y gratificante.
De cualquier manera hay que escuchar a los demás que siempre algo interesante podemos aprender.
Ana Maria M.

Juan Manuel Bulacio dijo...

La base del interés natural en el otro y el diálogo consecuente es la empatía. A veces sino puede resultar algo forzado.
Escuchar y aprender del otro es básico para pretender ser escuchados, no?

Quique Figueroa dijo...

Lo que son las casualidades.
Un par de sábados ha, cuando entrevistamos al afamado Dottore Bulacio para "La voz de las parroquias", estabamos haciendo un taller con Juan Pablo Berra y Claudio Scalesse.
En ppio. era para prevenir adicciones, pero nos encontramos metidos en un taller de comunicación, para intentar pasar de los niveles inferiores a los superiores. Y se plantea esto, que el vacío de comunicación, sea en la pareja, en la flia, en los laburos, agranda las distancias, hasta tornarlas insalvables.
Todo un tema. El diálogo, y otro aún mas difícil: la escucha.
Ahora seguimos participando activamente, como para ejercer esto, e intentar dejar estos soliloquios. Aunque también podemos hablar sin hacerlo. Como dice Patricio Barton: "apreciar el sonido, para escuchar el silencio".
La comunicación, ¡que temazo!

Verito dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con tu post, Juan Manuel! Muchas veces tenemos diálogos "disfuncionales" entre gente que se mira el ombligo y otros que se muestran indiferentes, es cada vez más común ver (o pasar por) esas situaciones. Gente centrada en sí misma, y gente descentrada de todo, tratando de comunicarse. Nunca se logra.

Otro tema llamativo: en esta época tan "visual", en donde la imagen lo es todo, qué poco espacio hay para escuchar y tolerar los tiempos que tiene el otro para expresarse. Sobre todo pasa con la gente más grande, que es frecuente que demore un poco en comunicar sus ideas... Estamos muy ansiosos, cada minuto cuenta demasiado cuando hay que invertirlo en el otro, y a veces perdemos capacidad de comunicación, a pesar de todos los aparatitos que nos da la tecnología para estar "on line" unos con otros.

Tengo una anécdota: yo tuve un jefe muy "auditivo", digamos, un tipo muy tranquilo que elegía primorosamente las palabras para expresarse, era muy puntilloso con eso. Frecuentemente daba algunas vueltas para decir lo que quería, si bien no era un aparato, no? Simplemente, un tipo tranquilo. Yo era muy ansiosa -más que ahora- y me ponía de la nuca esa costumbre de hablar pausado. Un día se ofuscó y me dijo "la verdad es que estoy harto de que termines mis frases, porque, además de que no me dejás hablar, le cambiás el sentido a lo que quiero decir". Y ahí me di cuenta que le "remataba" todas las frases inconclusas si tardaba más de un microsegundo en terminar la idea. Después de eso me mordí la lengua muchas veces cuando hablábamos, pero hasta el día de hoy tengo la duda de si todas las tareas que me había mandado a hacer hasta ese momento -era bastante exigente- fue realmente idea de él, o me puse la soga al cuello yo solita... ja! Nunnnca lo sabremos! ;-)

Cariños.

Anónimo dijo...

Muchas veces las palabras sobran pero los gestos sinceros, llenos de contenido no, plenifican, enriquecen.
Silvina

Juan Manuel Bulacio dijo...

Gracias Quique, Silvina y Verito!
Eso de interrumpir al otro antes de terminar sus frases no es tan raro y a veces no lo hacemos verbalmente, pero sí con el pensamiento! Escuchar..parece fácil, pero no lo es. Sobre todo porque no puede hacerse desde uno mismo sino desde aquel que pretendemos escuchar, sus formas, creencias y códigos. Beso/abrazo. JM