domingo, 4 de abril de 2010

La Alegría Pascual

En los últimos días surgieron con fuerza en este sitio dos palabras, culpa y alegría. Respecto de la primera, sabemos que es necesaria para poner algunos límites que regulen la relación con los demás, algo así como el miedo regula preventivamente la interacción con el ambiente. El problema es cuando la culpa o el miedo se exceden en su función y sólo nos provocan trabas innecesarias como que racionalemente sabemos pese a no poder dominarlas (por su fuerte contenido emocional). Pueden llegar a ser patológicas, pero sin llegar a tanto pueden autolimitarnos atentando contra nuestra sana libertad. Un punto clave es enfocarlo desde otro lado, mucho más positivo y liberador: recuperar la alegría. La alegría de vivir, de sentir, de trabajar, de interactuar, de dar, de recibir, de contemplar. La reflexión puede ser un primer paso para ello. Y si hay un Viernes Santo pocos días después viene el Domingo más especial, el de la Resurrección, eje del sentido cristiano y símbolo universal de las enormes posibilidades humanas. Con la alegría y la esperanza que nos propone y regala, Felices Pascuas!

6 comentarios:

Anónimo dijo...

La esperanza que Jesus nos trajo con la resurreccion hace que los catolicos podamos ver mas alla de los problemas.
Saber que despues de un viernes lleno de sufrimientos viene la alegria de la resurreccion, y aunque se pase el peor de los infiernos ( en cualquier ambito de la vida) en algun momento llega la calma del alma.
Pero para ello hay tres pasos a seguir
1ro- transitar el dolor rezando y siendo concientes que Dios nos acompaña en nuestro padecer(fe).

2do- hacer algo para poner un limite al dolor, si lo extendemos en el tiempo puede ser peligroso y convertirnos en victimas del mismo, lo cual a la larga nos perjudica y aisla.

3ro- darse cuenta y saber buscar ayuda, esto es lo mas dificil, no se si todos podemos ver el dolor como una oportunidad.
Quiero compartir un cuento que me llego hace poco que tiene que ver con como vivir de acuerdo a lo humano que somos, es un poco largo pero vale la pena Felices pascuas de Resurreccion para todos!!!
Va en otro comentario porque no entra
Tere

Anónimo dijo...

Una vez ;un rey citó a todos los sabios de la corte, y les manifestó:”Me he mandado hacer un precioso anillo con un diamante con uno de los mejores orfebres de la zona.Quiero guardar oculto dentro del anillo , algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total. Un mensaje al que yo pueda acudir en momentos de desesperación total. Me gustaría que ese mensaje ayude en el futuro a mis herederos y a mis hijos de mis herederos. Tiene que ser pequeño, de tal forma que quepa del diamante de mi anillo”.

Todos aquellos que escucharon los deseos del rey, eran grandes sabios , eruditos que podían haber escrito grandes tratados…pero ¿pensar un mensaje que contuviera dos o tres palabras y que cupiera debajo de un diamante de un anillo? Muy difícil. Igualmente pensaron, y buscaron en sus libros de filosofía por muchas horas, sin encontrar nada en que ajustara a los deseos del poderoso rey.

El rey tenia muy próximo a él, un sirviente muy querido. Este hombre, había sido también sirviente de su padre, y había cuidado de él cuando su madre había muerto, era tratado como la familia y gozaba del respeto de todos.

Anónimo dijo...

El rey por esos motivos también lo consultó. Y este le dijo:

“No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje”

¿”Como lo sabes preguntó el rey”?

“Durante mi larga vida en el palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una oportunidad me encontré con un místico. Era un invitado de tu padre, y yo estuve a su servicio. Cuando nos dejó, yo lo acompañe hasta la puerta para despedirlo y como gesto de agradecimiento me dio este mensaje”.

En ese momento el anciano escribió en un diminuto papel el mencionado mensaje.
Lo dobló y se lo entregó al rey.

“Pero no lo leas,-dijo. Manténlo guardado en el anillo. Ábrelo solo cuando no encuentres salida en una situación”.

Ese momento no tardó en llegar, el país fue invadido y el rey perdió el reino.
Estaba huyendo a caballo para salvar su vida, mientras sus enemigos lo perseguían. Estaba solo, y los perseguidores eran numerosos. En un momento, llegó a un lugar donde el camino se acababa, y frente a él había un precipicio y un profundo valle.

Caer por el, sería fatal. No podía volver atrás porque el enemigo le cerraba el camino. Podía escuchar el trote de los caballos, las voces, la proximidad del enemigo.

Fue entonces cuando recordó lo del anillo. Sacó el papel, lo abrio y allí encontró un pequeño mensaje trmendamente valioso para el momento.

Simplemente decía “ESTO TAMBIEN PASARÁ”. Fue en ese momento que fue consciente que se cernía sobre él, un gran silencio.

Los enemigos que lo perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado el camino. Pero lo cierto es que lo rodeó un inmenso silencio.
Ya no se sentía el trotar de los caballos.

El rey, se sintió profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido.
Esas palabras habían resultado milagrosas. Doblo el papel, volvió a guardarlo en el anillo, reunió nuevamente su ejercito y reconquistó su reinado.

Ese día en que estaba victorioso a la ciudad, hubo una gran celebración con música y baile…y el rey se sentía muy orgulloso de si mismo.

En ese momento, nuevamente el anciano estaba a su lado y le dijo:

“Apreciado rey, ha llegado el momento para que leas nuevamente el mensaje del anillo”

¿Qué quieres decir? Preguntó el rey-“Ahora estoy viviendo una situación de euforia, las personas celebraron mi retorno, hemos vencido al enemigo”.

Escucha dijo el anciano este mensaje no es solamente para situaciones desesperadas, también es para situaciones placenteras. No es solo para cuando te sientes derrotado, también lo es para cuando te sientas victorioso. No es solo para cuando eres el último, sino también para cuando eres el primero.

El rey abrió el anillo y leyó el mensaje “ESTO TAMBIEN PASARA” , y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio del a muchedumbre que celebraba y bailaba . Pero el orgullo , el ego había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Lo malo era tan transitorio como lo bueno.

Entonces el anciano le dijo:

“Recuerda que todo pasa. Ningún acontecimiento ni ninguna emoción son permanentes. Como el día y la noche; hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.
LO MAS INTERESANTE ES QUE CUANDO LO LEI PREGUNTE ¿Y EL DIAMANTE? ME CONTESTARON : "EL DIAMANTE ERES TU "
Tere

Anónimo dijo...

FELICES PASCUAS ! para todos.

Ana María Paz

Juan Manuel Bulacio dijo...

Muy lindo cuento Tere! Gracias! JM
Ana María, al fin por acá! Te extrañamos! Un beso. JM

Quique Figueroa dijo...

Tal como rescata Juano, de esas dos palabras, en nuestra historia, si bien hay alegrías, solemos resaltar las culpas. Como si la alegría fuese algo vergonzante.
Afortunadamente esto está cambiando. Lenta, pero inexorablemente.
Hay quienes sostienen que en los países latinoamericanos tuvo más crédito el Viernes Santo que el domingo de Pascua.
El peruano César Vallejo (1892-1938), en Los heraldos negros: “Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no sé! / Golpes como del odio de Dios (…) Son las caídas hondas de los Cristos del alma, / de alguna fe adorable que el destino blasfema”.Y luego: “Oh, Sol, llévala tú que estás muriendo, / y cuelga, como un Cristo ensangrentado, / mi bohemio dolor sobre tu pecho”.
- Extraído de "Pascua cuando todo recomienza" por José María Poirier en Ciudad Nueva de abril de 2010.
Celebremos la Vida y la Resurrección. Es el paso de la muerte a la vida, un gran salto (pésaj), como el que viven los judíos en estos días. Pascua ecuménica por cierto.