lunes, 29 de septiembre de 2008

Esperanza

Noticias del exterior causan miedo generalizado mientras localmente miramos al cielo esperando una lluvia salvadora y más cerca aún, noticias diversas, a veces muy duras se abaten sobre nosotros. Son las que más importan. En esas circunstancias, ¿cómo mantener una actitud positiva? Sirve diferenciar aquello sobre lo que es posible actuar (y hacerlo) de aquello que no depende de nosotros. Además las cosas pueden ser tomadas de a una, tratando de no anticipar los posibles cataclismos. Aún así puede ser muy difícil si las bombas nos caen cerca o incluso sobre nuestras cabezas. Sin embargo, diga lo que se diga en esas frases tan hechas como vacías el futuro no está escrito.  El tema entonces es dónde y cómo encontrar las razones para la esperanza y eso habrá que buscarlo muy en el interior de cada uno, en silencio y en una dimensión que supere lo material. Y esa dimensión espiritual es una de las características fundamentales de nuestra naturaleza humana. Por eso, como decía Juan Pablo II, siempre hay razones para la esperanza.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Al hombre por naturaleza le cuesta ver lo positivo a las cosas, es un ser imperfecto. Lo bueno de estos lugares es que hay personas, aunque sean pocas que siempre tratan de transmitir esperanza al resto. Aprovechemos para contagiarnos! Leamos, pensemos y también comentemos.
Gracias por tus palabras de esperanza!
Aguante tu blog!!

Juan Manuel Bulacio dijo...

Gracias!