viernes, 12 de septiembre de 2008

Violencia y respuesta

Cuesta aceptar la violencia sistemática que en ocasiones se apodera de nuestras sociedades. Duele, entristece. Sorprende que los bandos o personas enfrentadas justifiquen su proceder en las conductas de los otros. Esa mirada solo incrementa la espiral de muerte y destrucción. Nadie es enteramente bueno ni malo. Nadie tiene la razón absoluta ni está totalmente equivocado. Ante estas expresiones de la parte negativa del ser humano, solo cabe la tolerancia, la serenidad, la prudencia. En palabras y en actos. Comprometerse desde un lugar diferente que trascienda el odio aunque se juegue por la búsqueda de la verdad, la justicia y el bienestar. Y no dejar que el veneno nos ahogue. Para ser diferente, para ser más sanos, para ser más hombres.

3 comentarios:

Gabriel Zanotti dijo...

Totalmente de acuerdo........................

Anónimo dijo...

Es muy dura la realidad y muy difícil la esperanza.
¿cómo se hace para lograr la paz?

Quique Figueroa dijo...

La paz es una meta.
Un horizonte interesante a proponerse.
Jugado por cierto, porque está lejos en este mundo que vivimos.

Un muchacho decía 'busca la paz y síguela'.
El mesmo aconsejaba "ora et labora".
La paz está dentro nuestro, para sacarla en forma de armonía y luego contagiar a los que nos rodean.
¡Pichón de desafío!