Cuesta a veces explicar algunas sensaciones y experiencias. Es mejor vivirlas. Pareciera que cuanto más se acercan a lo instintivo más intensamente se las vive. Si la razón nos muestra que son buenas para nosotros y no dañan a otros ni al entorno, entonces, ya con el permiso necesario, podemos disfrutarlas plenamente. Son instantes en que la razón parece momentáneamente suprimida y la emoción se siente en presente, no se piensa. Son explosiones que liberan y nos acercan a lo mejor de nuestra parte animal. Siempre que sea posible, es mejor vivirlas que observarlas. Si solo esto fuera posible la emoción será mayor y, sobre todo más comprendida si alguna vez se la ha experimentado desde adentro.
Como un nexo entre los instintos básicos y la cultura aparece el juego y el deporte. En ellos podemos expresar, mediatizados por la cultura, nuestros instintos positivos. Y aunque se pierda tanto como se gane esa expresión será liberadora y positiva.
Entre todas las posibilidades pocas ofrecen tanta magia y emoción instantánea, por eso se grita en conjunto a una sola voz, o con los compañeros o aún solo, cuando se lo ve y más aún cuando es uno el que lo logra. Es un grito universal que merece una ronquera y mucho más y que nos puede encontrar abrazados con quien creíamos no conocer. Es un grito del corazón que solo con el corazón se puede entender y compartir. Es solo una palabra, corta aunque muy larga, que sale de las entrañas y conmueve, es simplemente: GOOOOOOOOOOOOOOL.
domingo, 9 de agosto de 2009
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4 comentarios:
Jajajajaja! q perverso! me dí cuenta de a dónde ibas sobre el final, próxima a leer "goooool". Muy bien mantenido el suspenso. No soy futbolera de modo q desconozco la euforia de ese grito inspirador, pero entiendo q sale, como mínimo, del estómago!!!
Caro Dottore:
Comprendo su pasión futbolera. Me gusta el espectáculo, pero la emoción que Vd. narra, la grafica perfectamente Daniel Burman en "Derecho de familia", en la escena donde el protagonista Perelman, va a una agencia donde pasan las carreras de los burros.
Allí se ve envuelto en medio del fragor y la emoción de los apostadores.
Una emociòn algo distinta, pero apropiada.
En mi caso, el Open (el British Open), pone a prueba la paciencia de los míos.
Son 4 días ande el televisor está en Gran Bretaña y se escuchan gritos e interjecciones de diverso calibre y tenor.
No hay abrazos, pero si un alto grado de emotividad, compartido por mi fiel Benjamín Chucho.
Rescato esto de la pasiòn que se comparte junto a algunos miembros de la familia, y seres allegados.
Porque nos da un vínculo distinto, no racional, sino mucho mas fuerte, como todo aquello que a uno lo vincula desde el plano sentimental.
Vamos Valdivieso!
La emoción es la principal fuente de los procesos conscientes. No puede haber transformación de la oscuridad en luz ni de la apatía en movimiento sin emoción.
Carl Jung
Pienso que algunos escritores se sienten obligados a escribir en frases rebuscadas como compensación por una carencia de alguna clase de emoción animal natural.
Raymond Thornton Chandler
La naturaleza trabaja con enorme derroche: sólo en el cerebro humano hay seiscientos mil millones de células. ¿Qué importa, pues, una sensación oculta, una emoción inconsciente? A veces me parece que no importa mucho. Y otras pienso que todo depende de eso.
Sandor Marai
Somos los amos de las cosas cuando las emociones nos responden.
Antoine De Saint Exupery
JM: Dónde quedó el espacio abierto?
Cerró ?
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