Tenía 23 años cuando me recibí de médico. Poco tiempo después debí dar los exámenes para entrar en la residencia. No lo tenía claro pero me gustaba la neurología como especialidad para lo cual debía comenzar por clínica médica. Como tantas veces, perdí mi DNI pese a lo cual pude dar los exámenes con la constancia correspondiente. Como se infiltraron preguntas (raro, no?) las evaluaciones fueron anuladas y postergadas por lo que entré a la Residencia en el Hospital Aeronáutico. Muchas cuestiones que no vienen al caso hicieron que no completara, al igual que todos mis compañeros, ese año. Como también había dado el examen nuevamente para los hospitales de la ciudad en forma exitosa, estaba en condiciones de readjudicar una vacante en clínica médica.
A todo esto, cuando busqué mi DNI, mi no nombre figuraba como "Juan Daniel Bulacio". Las quejas y reclamos correspondientes tardaron más de la cuenta y obtuve mi título y matrícula, indispensables ahora sí para adjudicarme la vacante, 3 días después de la fecha indicada, por lo cual quedé "sin el pan y sin la torta" . Tras la decepción, anduve varios meses boyando hasta que finalmente opté el siguiente año por iniciar mi residencia en Psiquiatría.
Dos caminos diferentes, clínica y tal vez neurología, con otros amigos, otra carrera y vaya saber qué vida por un lado o la que tuve y tengo por el otro.
Dos caminos diferentes a partir de un empleado distraído que escribió "Daniel" donde debía decir "Manuel". Nunca sabré a quién le debo mi profesión, muchos de mis amigos, mi familia, la Fundación y casi mi vida entera desde entonces.
Muchos "hechos fortuitos" nos llevan sin casi darnos cuenta por regiones que tal vez nunca visitaríamos y nos alejan de otras tantas. Borges ha escrito muchos extraordinarios cuentos que rozan este tema con magia y sabiduría. Dolina lo hace con su "Angel Gris". Y a todos nos toca, de una u otra forma. Hoy sólo puede agradecerle al empleado anónimo que torció sin sospecharlo siquiera, el rumbo de mi vida, en un oscuro escritorio y vaya saber pensando en qué. JMB
sábado, 31 de octubre de 2009
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10 comentarios:
Sí !!! Algo malo, algo Bueno!
Pasa, por eso Dios sabé el por qué ?
Si un incendio no hubiera arrasado una enorme cantidad de campo, no te hubiera conocido, porque no estaría a aquí y desde ese día agradezco al maquinista que con su máquina derruída, generó un chispazo, provocando terrible incendio, en un día de pleno verano intenso.
Ese Señor, al que nunca vi la cara ni supe el nombre, sólo sé que era un empleado de vialidad, me volvió a la vida de familia, amigos y oportunidades nuevas, dejadas en aras de no sé que mandato no resuelto !
El accidente anterior me dejó en silla de ruedas en el campo, como no podía ver vacas, manga y sembrados, aprendí computación, pintura y hasta tomé una profersora de piano y de paso organicé un Jardin de Infantes, para los niños de ahí...te das cuenta...Algo malo, Algo Bueno !
En la silla de ruedas parecía el jeep loco, dirigiendo todo y superé
el momento, creo que bastante bien y hoy magullada de este vuelco, estoy en casa pintando, fabricando esos powerspoint que me gustan, en fin, en definitiva, todo tiene un por qué, que Tatita conoce. Un beso JM.
Ana María Paz
Eso es ver el medio vaso lleno !!! ver la oportunidad en lo que parece fatalidad.
Estoy convencida que depende de nosotros.
Como la cancion: "depende... de que depende... del lugar donde se mire todo depende..."
Un día me casé, con todas las pompas y circunstancias que se imaginan para estas cosas. Yo tenía 24 años, mi novio 25, y ya nos habíamos recibido los dos hacía un tiempo. Habíamos comprado un departamento del tamaño de una caja de fósforos -era una buena inversión, les juro- y ya que estábamos, decidimos casarnos (tampoco es que nuestras familias estuvieran muy de acuerdo en que "nos fuéramos a vivir" a la caja de fósforos, así como así). Yo estaba en medio de un cambio de trabajo muy conveniente, y como además siempre fui bastante sociable, invité a la fiesta a un montón de gente de mi nuevo trabajo -que apenas conocía- y a muchísima de mi antiguo también -que pronto dejaría de ver-, aunque pude haber obviado tantas invitaciones de compromiso. No lo hice, ya les conté. Invité a todos.
La vida es muy compleja, sé que todos ustedes lo saben, y por muchas cuestiones que no vienen a cuento, nos divorciamos con mi marido. Hasta acá, una historia desgraciadamente bastante estándar. Lo increíble del asunto es que rehíce mi vida afectiva con un hombre encantador, inteligentísimo y genial, que había estado incluido en esa chorrera casi impersonal de nombres de mi vida laboral que habían caído en varias mesas de mi casamiento. Increíble hecho fortuito, porque en ese momento de mi ex mega fiesta no tenía ni idea de lo que me depararía la vida, y hoy me parece inconcebible que alguna vez mi hoy maravilloso marido haya contribuido a revolearme por el aire en esa fiesta, yo de blanco merengue y él como un invitado más.
"Las Vueltas de la Vida". "No hay mal que por bien no venga"
¿Cuántas veces hemos escuchado esas palabras? Tal vez miles de veces y no es sino hasta que pensamos en los hechos transcurridos en nuestras vidas que las entendemos.
En todos los niveles de nuestras vidas vemos que situaciones que parecen fortuitas terminan llevándonos por caminos muchas veces no imaginados.
¿Casualidad o Causalidad?
Tarde o temprano los hitos de nuestras vidas van engranando un plano detallado de nuestras existencias. Las que en un momento nos parecen tragedias, no son más que puertas que se nos abren hacia cosas mucho mejores.
Creo que en esos momentos nos enganchamos con las dudas de la mente y nos sentimos atrapados por esas situaciones. Lo ideal es abrazar esos momentos, abrazarlos con inocencia, ya que la inocencia abraza todo con dicha, con esperanza.
Estas experiencias de vida, son ejemplos claros que todo es parte de un destino magnifico hacia el cual debemos dejarnos llevar.
Ave Fenix
Amigos, muchas gracias por compartir aquí experiencias tan interesantes y valiosas. Son muy generosos en hacerlo!
En cuanto a "Ave Fénix", les cuento que mi próximo libro (ya escrbiré algo sobre eso) se llama, precisamente: "La trama del Ave Fénix".
Beso/abrazo para todos. JM
Verónica, no te conozco pero es muy gracioso como escribís. Me hiciste acordar con tu "caja de fósforos" a mi primer depto. de recién casados, al cual venía todo el mundo, todas las semanas teníamos amigos a comer. Siempre pasábamos navidad e invitábamos a todos los que no tenían con quién pasar y todos los que tenían fiaca de invitar a su casa, en nuestra querida "caja de zapatos" como la apodó una tía mía, ya que no tenía nada de luz, pero para nosotros era muy cómoda y agradable... En esta caja, nacieron nuestros 2 hijos mayores y media de la tercera, tres hechos fortuitos. Un beso. Silvina.
Juan, que lindo el título de tu nuevo libro. Yo vengo utlizando ese nombre desde hace algún tiempo, justamente como consecuencia de todas aquellas cosas que nos ocurren y que nos hacen renacer de las cenizas.
Saludos
Ave Fenix
Me encanta lo del Ave Fénix: título de libro, nickname, lo que sea. Es muy sugestivo, porque nos recuerda que en el recorrido se decantaron cosas, se está de vuelta de muchos caminos de ida y, aunque se haya perdido algo de plumaje en ese ir y venir, la vida sigue girando y lo importante se ha salvado de alguna u otra manera, que es mejor que haberlo conservado todo sin haber transitado nada. El Ave Fenix hace con su vuelo un recorrido enorme y circular, me imagino. Casi infinito. Cariños.
Tengo un caso fortuito que te involucra Juan.
Para el que no me conoce yo estuve de novia casi tres años con Gustavo Bulacio hermano de Juan.Cuando Gustavo me dejo sufrì horrores (tengo de testigo a Silvina).
A pesar de salir mucho y estar muy acompañada me costo un monton superar esta pèrdida.
En ese entonces tenìa un amigo desde mis 14 años, que me consolaba y charlabamos mucho.
Aquel amigo se convirtio,luego de varios años y varios problemas,en mi marido con el cual estoy casada ya (8 de noviembre)hace 18 años y con el cual tenemos 4 hijos divinos.
¿hecho fortuito Juan?
jajajaja !!!!!!
Gracias Gustavo por dejarme !!!!!
besos
Tere T. de Villar
Ya me parecía que me había olvidado de algo, Silvina: muchas gracias por tu comentario y tu recuerdo! Cajas de zapatos, de fósforos, latitas de monedas... es la forma en que empezamos unos cuantos, parece... =)
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