miércoles, 14 de octubre de 2009

Malaeducación

Si un conductor es maleducado y grosero sencillamente no sirve porque ¿ que puede esperarse de los conducidos?
Sin ejemplo, las palabras son vacías y los resultados visibles intrascendentes.
Nuestra sociedad necesita educación, empezando por los personajes públicos.
La prepotencia, el exitismo, la soberbia, la falta de autocrítica, los insultos, son formas del autoengaño del que hablábamos días atrás.
¿Podemos desde ellos construir una sociedad mejor?
Espero que los medios de comunicación masivos no lo olviden y se animen a criticar las conductas y palabras destructivas, provengan de donde provengan. ¿Lo harán? ¿O primará el lamentable espectáculo diario de la indignidad rastrera?
Por favor, taremos de ser buenos ejemplos mañana, aunque nadie nos vea y no sea noticia. Tal vez ayudemos un poco a compensar el disparate que se nos ofrece diariamente. JMB

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy totalmente de acuerdo. Creo que la mala educación no nos lleva a ninguna parte. Es chocante ver gente bastante mediática siendo mal educada, encima representándonos en todo el mundo, qué vergüenza...

Verito dijo...

Tengo una anécdota personal al respecto. Les confieso que tengo una lengua bastante afilada. Ahora me sirve más que nada para contestar retruécanos rápidos y tener diálogos de sitcom inocente con los amigos. Pero en una época adolescente era terriblemente contestadora, grosera y a veces hasta cruel.
Un día fui muy cruel con mi mamá. Horrible. No me acuerdo bien qué dije, pero sí me acuerdo que se puso a llorar. Inmediatamente pedí disculpas, y mi mamá las aceptó. Pero me hizo traer una hoja de papel y arrugarla toda. Cuando la pelota estuvo bien chiquitita me dijo que la alisara tal como había estado al principio. Obviamente el papel quedó como un pergamino todo arrugado. Y eso, me dijo, es lo que sucede cuando somos groseros y maleducados: después podemos pedir perdón y desmadejar la pelota, pero la situación no queda igual de impecable que si hubiésemos dicho (y hecho) las cosas bien de entrada, con las mejores intenciones.
Me quedó el ejemplo, y aunque volví a hacer bollos horribles unas cuantas veces, quiero creer que cada vez son menos las veces y los bollos terminan menos arrugados. Quiero creer que voy educándome a mí misma, ahora que estoy grandecita para que mi mamá me ponga los puntos.

Anónimo dijo...

Siento que nací en 1810 !
Todavía genera negocio la brutalidad de Maradona, es posible?

AM PAZ

Verito dijo...

Es que el comportamiento maradoniano genera asombro, o desconcierto, mejor dicho. Y el desconcierto paga.

delivery post-crucifixión dijo...

Sólo puedo decir esto: "Vulgus stultum est".

Tenemos los medios que tenemos porque la "gran mayoría" los acepta, sin más. No quiero pecar de elitista, pero considero que es así. Cuanto más vulgar se muestran, más "progre" se los considera.

Por supuesto que hay excepciones, pero son las menos. El insulto, el mal gusto y la soberbia se han instalado y "naturalizado", lamentablemente...

Un abrazo
R.P.