jueves, 8 de octubre de 2009

La batalla diaria

La creciente crispación. angustia y enfrentamiento que vemos en nuestra sociedad se retroalimenta con las emociones y conductas individuales. Lo peor que podría pasarnos es mimetizarnos y quedarnos en una queja vacía e improductiva. Tampoco sirve aislarse y hacer como si nada pasase. Entonces? Creo que debemos cuidar nuestro ánimo y a la vez comprometernos con la sociedad, particularmente con hechos que demuestren cómo queremos vivir, además de las acciones específicas que querramos seguir en el camino de la participación. Con "hechos que demuestren cómo queremos vivir" me refiero al respeto a los demás, la honestidad y la responsabilidad. El cuidado del espacio público es un buen ejemplo para ello. La forma de conducir, la prioridad al peatón, la limpieza, etc. la hacemos entre todos, aunque creo que lo olvidamos frecuentemente. Es como si las obligaciones fueran siempre para los otros y escasamente para cada uno de nosotros. Con esa incoherenica individual es difícil esperar coherencia general. La prepotencia, el maltrato, la irresposabilidad, el comportamiento psicopático, se da en todos los niveles de nuestra sociedad. Nuestro compromiso con una sociedad mejor es fundamental, pero vivir acorde con lo que predicamos, también. Y esa batalla es de todos los días. JMB

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Dicen que no es posible pelear cuando una parte no quiere, a mi me parece que no es posible la paz cuando una parte no quiere. ¿Qué hacer entonces?
Saludos. Jorge M.

Anónimo dijo...

Creo que lo importante es poner fuerza de voluntad y luchar, la otra parte va a querer.
Fuerza Jorge!!